La crisis brasileña originada en las acusaciones por fraude fiscal contra Dilma Rousseffentró hoy en la historia con la destitución de la mandataria, al cabo de un juicio político cumplido a derecho desde lo formal pero polémico en cuanto a su origen, que convirtió a Michel Temer en el nuevo presidente constitucional.
Por 61 votos contra 20, Rousseff fue expulsada por violar la ley de responsabilidad fiscal, un motivo de escaso peso que hizo que la ex presidenta asegurara que hoy sufrió "el segundo golpe de Estado" de su vida.
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La decisión, en medio de una crisis económica y política vinculada con la corrupción que afecta a todos el sistema político, el avance judicial a otros poderes y un Legislativo perseguido por denuncias, le puso fin a 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), impulsor de inéditas políticas de inclusión social.
Y de esta manera, el Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), la fuerza más grande del país, llega al máximo poder nuevamente por la vía indirecta, tal como ocurrió con José Sarney en 1985 e Itamar Franco en 1992, luego de haber acompañado al PT en los años de Rousseff con Temer como vice.