Tigani: "La situación social va en la misma dirección que 1989 y 2001"

17 de noviembre, 2018 | 20.00

“Cuanto más tarde en manifestarse el pico de una nueva crisis, mayor será el grado de depredación que sufrirá la economía por la especulación financiera”, estima el doctor en ciencia política Pablo Tigani. Autor del libro “2001, FMI, tecnocracia y crisis”, evalúa que desde el inicio de la presidencia de Mauricio Macri se percibió una extraordinaria redistribución del ingreso “en perjuicio del sector trabajador comercial e industrial, íntegramente apropiado por el sector agro-alimenticio exportador”.

Su reciente escrito provee un análisis sobre el peor estallido económico y social de la historia argentina y sus similitudes con el recorrido actual que realiza Cambiemos. Estos parecidos no sólo incluyen a los funcionarios que generaron ambas recesiones, sino a las políticas que se aplicaron.

Entrevistado por El Destape, Tigani enumera los errores más crasos del Gobierno que llevaron a que la presunta “normalización” que pretendían sus economistas neoliberales concluirá en una crisis inevitable.

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¿Nota similitudes entre la crisis de 2001 y la recesión y elevado endeudamiento actual?

En primer lugar, la recesión de 2001 venía desde el segundo trimestre de 1998, fue sin inflación y se debió al default ruso, no al 0,2% de aumento en la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos. En la situación actual, la recesión se va a profundizar, con alta inflación. Estanflación. Esto sucedía en otra crisis, la de 1987/88 -Plan Primavera- con Raúl Alfonsín, que termino en hiperinflación.

En segundo lugar, el endeudamiento de Fernando De la Rúa representaba 53/56% del PBI. Este año, si todo va bien, será de 87%; si el dólar llega a $ 45 será del 93%. Está entre el default de De la Rúa y el post-default de Eduardo Duhalde que tocó el 170% del PBI. El endeudamiento actual es extravagante para un país sudamericano. Recuerde que Grecia puede duplicar el endeudamiento, porque paga menos de la mitad de tasa de interés que paga la Argentina. El problema no sería tan grave si los servicios de la deuda (pagos de intereses) no fueran tan altos.

En tercer lugar, la situación social va en la misma dirección que 1989 y 2001.

Muchos de los funcionarios de la coalición del PRO son los mismos, ¿es casualidad?

No. No es casualidad. Rogelio Frigerio estuvo con Carlos Menem, Nicolás Dujovne integró el equipo de De la Rúa, Sturzenegger era el número dos de Domingo Cavallo, y el marco teórico en que se desenvuelven es el neoclásico, neo cuantitativista, monetarista, con soporte político neoliberal y asesoramiento o consulta de los mismos (Carlos Melconian, Cavallo y el endeudador más importante antes que llegue Luis Caputo: Miguel Kiguel). Estos funcionarios denominados technopols por el profesor de Harvard Jorge Domínguez, hacen su aparición en los ministerios de economía de los 80 y 90 en toda Latinoamérica, Taiwán, Rusia, Turquía, India y otros países. Se insertan en partidos o son transversales como Cavallo. Luego muchos devinieron presidentes como Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo (México), Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Manmonha Sing (India), Lee Teng Hui (Taiwán), Turgut Ozal (Turquía). Otros no llegaron pero estuvieron cerca como Cavallo, Yegor Gaidar (Rusia).

En los 90 y en el declive de de la Rúa se lo elogiaba a Cavallo por considerarlo un tecnócrata, principalmente desde los medios masivos de comunicación ¿Por qué? ¿Y qué es un tecnócrata?

Según el filósofo Hilary Putnam: la tecnocracia o "gobierno de los técnicos”, caracterizados por creer que la técnica y la planificación racional, deben reemplazar a la política de negociaciones, apoyos y concesiones. El tecnócrata debe estar libre de compromisos políticos y el Estado es un implementador de políticas públicas que debe colocarse "por encima" de los intereses sociales. Supuestamente creen que el progreso y el bien público se consiguen mediante la despolitización.

Antes de los 80, durante las dictaduras, había un elenco estable de tecnócratas: Álvaro Alsogaray, Roberto Alemann, Dagnino Pastore, Krieger Vasena, etcétera. Solo que ellos no construían el orden político del estado burocrático autoritario, eran solamente gestores. Ya Cavallo no era un simple gestor, era un technopol. Los tecnócratas de los 90 eran economistas egresados de universidades estadounidenses (Minessota, Chicago, Harvard, MIT) unidos a esas relaciones y la buro-tecnocracia internacional del (FMI).

Los actuales, salvo Federico Sturzenegger, no pasan de un título de grado o un parentesco que los habilita. Ni Mauricio Macri ni Juan José Aranguren ni Guillermo Dietrich ni Luis Caputo ni Mario Quintana ni Gustavo Lopetegui ni Luis Etchevehere son tecnócratas. Tampoco lo son Donald Trump, Silvio Berlusconi. Un gobierno de empresarios no es una tecnocracia.

Los empresarios no llegan al poder por sus competencias técnicas o su formación académica. Ellos vienen de la práctica, manejan poder desde su acumulación de recursos en el mundo de los negocios. Sus críticos los acusan de ignorantes, incultos, etcétera. Algo nuevo observamos: En lugar de despolitizar, utilizan a la política como elemento de construcción de una nueva hegemonía.

¿Por qué no funcionó el plan de Cavallo para mejorar la economía en 2001?

La designación de Domingo Cavallo como ministro de Economía con plenos poderes partió de una conceptualización tecnocrática de la política: se creyó que delegarle poder a un economista reputado con formación técnica y orientación neoliberal podía ser un camino de resolución de la crisis económica. Pero sucedió todo lo contrario: se profundizó el conflicto interno en la coalición, el gobierno se despolitizó, y se agotaron sus escasos recursos de credibilidad y legitimidad. Esto cuestiona algunos supuestos de ciertas teorías de las élites tecnocráticas-democráticas a partir de los noventa: la evolución de la crisis mostró que Cavallo dependía de una base de gobernabilidad suficiente para ser ministro de Economía, y que su sola figura no podía resolver la debilidad del gobierno de la Alianza.

¿Qué razones impidieron que Mauricio Macri no consiga generar la pobreza cero que prometió en campaña, sino que caiga en una profunda recesión tres años después de aplicar las recetas neoliberales?

Cuando el presidente Macri prometió pobreza cero, no se me ocurre en que estrategia estaría pensando. Era un discurso de campaña, sin establecer la fecha del objetivo. Eso es lo que en estrategia empresarial, se llama “visión”. Sólo que la visión debe establecer “tiempo”. Por ejemplo: “En 10 años lograremos pobreza cero”. Al no establecer horizonte, un alumno mío de la maestría tendría cero. Es básico.

La razón es que si hilamos finito, tampoco es un gobierno de empresarios. Hay gerentes (saben recibir órdenes y cumplirlas), y dueños (ganadores de licitaciones). Ambas definiciones están muy lejos de los empresarios, que podríamos decir son como los exportadores de caramelos a China.

¿Qué errores le marcás al Gobierno?

El gobierno hizo lo que todos los manuales neo-clásicos monetaristas dicen que hay que hacer para obtener una política económica “inconsistente”. Devaluar sin dejar de expandir dinero ni bajar el déficit fiscal, es “anti manual”, genera inflación. Luego para resolver el desaguisado inflacionario, apela al manual monetarista, en forma desproporcionada, de modo cruel, sin tener en cuenta la brutal caída de la actividad económica, con sus consecuencias de suba del desempleo, caída del salario y aumento de la pobreza.

Si hubieran empezado al revés, el daño (inevitable desde este marco teórico) hubiera sido muchísimo menor. Al eliminar el déficit, se hubieran evitado no solo los actuales niveles de endeudamiento, sino la sangría de intereses que ya se pagaron y que se están devengando. Cualquier marxista pensaría que el plan era establecer “dependencia”. De todos modos si así fuera, según su propia terminología hubo mala praxis. Por izquierda o por derecha se dice que todo lo que se pudo hacer mal, se hizo.

¿Por qué se disparó la inflación y el Gobierno no puede controlarla, cuando se suponía que bajarla iba a ser el objetivo más sencillo del PRO?

Si en Argentina fuera sencillo bajar la inflación, alguien bien intencionado lo hubiera logrado. No existe una “única” causa. Es una combinación de factores. Se han desarrollado distintas explicaciones. Entre las más conocidas se encuentran las de la escuela clásica-monetarista, escuela keynesiana, escuela estructuralista. No tiene sentido analizar a un gobierno neoliberal con el marco teórico de un gobierno popular. No voy a hacer lo que hacían los economistas del gobierno, cuando juzgaban al anterior, según otro marco teórico, que era incompatible. Me circunscribo solo al marco teórico hegemónico al que adscribe este gobierno.

Los neoclásicos sostienen que el aumento de precios depende de la cantidad de dinero que hay en la economía. El gobierno no dejó de emitir y luego para esterilizar, pagó tasas de interés que generan déficit cuasi fiscal, que luego hay que financiar con préstamos que generan nuevos intereses o emisión que genera más inflación. Este enfoque relaciona financiamiento fiscal y emisión de moneda. Eso siguió. Además cuando aumenta la tasa de expansión monetaria se requiere un aumento de la demanda real de dinero, para que no haya mayor inflación, eso no sucedió. Por eso lo relevante es mirar el total de las necesidades de financiamiento del sector público, no sólo el déficit fiscal. El problema no es la magnitud de las necesidades de financiamiento del sector público, sino la dependencia de la emisión monetaria.

¿Qué se puede esperar de la economía con los condicionamientos del FMI?

Podemos esperar recesión, por la caída del consumo, la inversión y el gasto publico que explican el 90% de la tasa de crecimiento de la demanda agregada. En consecuencia: destrucción de puestos de trabajo, caída del salario, mayor protesta social y tal vez crisis de gobernabilidad.

¿Qué debería hacer el próximo gobierno para salir de la inminente crisis y lograr desarrollo económico?

Cuanto más tarda en ahondarse la crisis que precede al desplome, más concluyente y obvias son las rutinas cambiarias y financieras. La rapiña se aproximara a su límite, la conversión del capital productivo en capital financiero, provocará el disloque productivo, este se viene agudizando aceleradamente, y ahora lo hará más con la profundidad de la recesión auto infringida por el gobierno. Se hace difícil sobrellevar esta conmoción y también prever la dinámica que puede ir tomando. La razón es que sabemos que cuanto más se dilate este experimento mas deberá sufrir la ciudadanía y, más empinada y larga será la cuesta que tenga que remontar el próximo gobierno que tendrá que reestructurar la deuda o enfrentar un nuevo default.

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