La megacrisis cambiaria provocada por el Gobierno enciende las alarmas por las futuras consecuencias en los precios y los salarios. Con un probable dólar a $40, no sólo las petroleras hacen números para aumentar cerca del 10% las naftas, sino que ya se proyecta que la nueva suba de gas, prevista para octubre, debería ser del 80%, igual que la de electricidad para el ajuste de febrero del año próximo.
La corrida cambiaria cambió las expectativas inflacionarias para este año, que se estima será la más alta desde la hiperinflación. Con un dólar sin techo, en el caso de las naftas, la incidencia de los costos en dólares es casi absoluta. Algo similar ocurre con la energía eléctrica y el gas.
Los aumentos en combustible, gas y electricidad impactan de forma absoluta en los demás precios de la economía, y la suba es inminente. El alza inflacionaria arrastra a la pérdida del poder adquisitivo del salario, que registró una caída real interanual del 5,1% en junio, según el Indec.
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Según el diputado nacional del Frente Renovador Facundo Moyano, en diciembre de 2015, Argentina lideraba a la región en cuanto a salarios calculados en dólares, con U$S 589. En la actualidad, se ubica quinto con U$S 310, superado por Uruguay, Chile, Ecuador y Paraguay.
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