Un conocido abogado, Marcelo D'Alessio, acusado de ser operador del fiscal Carlos Stornelli, fue allanado en la tarde del miércoles en el marco de una imputación por exigir 300.000 dólares a un empresario para salvarlo de una supuesta acusación en la causa de las fotocopias de los cuadernos. Además de pedir dinero a los empresarios, Stornelli exigió que acusen a la senadora de Unidad Ciudadana, Cristina Kirchner.
De acuerdo a una nota de Horacio Verbitsky publicada en El Cohete a la Luna, D’Alessio invocando una amistad con Stornelli le pidió 500.000 dólares al productor agropecuario Pedro Etchebest, a cambio de que no se investigara su presunta participación en delitos mencionada por el arrepentido ex presidente de la ONCA, Juan Manuel Campillo, quien sindicó a Etchebest como recaudador “entre propietarios de campos de orientación ganadera a cambio de beneficios” de la ex Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario. Terminaron cerrando por 300.000 y D’Alessio debía cobrarlos el jueves 7, acompañado por dos policías de la custodia de Stornelli.
Los empresarios involucrados en la causa Cuadernos eran exigidos a incriminar a Cristina para poder figurar como arrepentidos y ser salvados de la cárcel.
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El periodista informó que un allanamiento realizado el miércoles al domicilio de D’Alessio lo puso sobre alerta y no concurrió. Pero un adelanto de 15.000 dólares quedó documentado con audios, filmaciones, fotografías y numeración de los billetes. La diputada cívica libertadora Elisa Carrió dijo en un tuit la noche del jueves que se trata de una operación del juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, “que es de La Cámpora para ensuciar a Stornelli”. Es obvio que ignora la cantidad y calidad de la prueba acumulada contra su amigo.
D’Alessio persuadió a Etchebest cuando le contó que según Campillo los dividendos de la actividad eran enviados por el productor desde Uruguay a su hijo Matías, que es ciudadano estadounidense. Según Campillo, los frutos de la actividad ilícita terminaban en la empresa South Star International LLC, del condado de Saint Lucie, en Florida, Estados Unidos. Para demostrar la seriedad de su gestión, D’Alessio le mostró el documento oficial por entonces secreto en el que Campillo lo involucra.
No era el primer conflicto que Etchebest tenía con la justicia. Antes había sido procesado por el juez federal de Mar del Plata Santiago Inchausti por reducción a la servidumbre de trabajadores rurales que desempeñaban tareas en sus campos de Sierra de los Padres. Pero otra cosa es un proceso federal, en Comodoro Py, en la causa de los capitostes patronales y políticos encuadernados por Stornelli y el Doctor Glock, con el acompañamiento entusiasta del duopolio Clarín-La Nación.
Además de amigo de Stornelli, Marcelito D’Alessio es sobrino de Carlos Marcelo D’Alessio, el escribano general de gobierno. Ante una pregunta de Etchebest sobre el inicio de la causa, dice que la digitalización de los cuadernos que el ex policía Jorge Bacigalupo le entregó al diario La Nación fue realizada por un escribano que designó su tío: