Por Marcos Cittadini
Especial para El Destape
@marcoscittadini
El desdoblamiento de las elecciones en la provincia tuvo una explicación oficial vinculada a la vigencia en Salta del voto electrónico y las dificultades que ocasionaría mezclar este método con el tradicional que se utiliza para las nacionales. Pero todos en los pasillos del Grand Bourg –la casa de Gobierno- saben que la verdadera razón es otra. Urtubey especula con que si logra la re- reelección con un resultado importante el 17 de mayo sus posibilidades de integrar una fórmula presidencial crecen. Algunos, en el entorno del gobernador confían en que quienes ya se lanzaron como precandidatos presidenciales van a llegar desgastados a las instancias decisivas y eso acrecienta las chances de alguien que, además, logre un triunfo en su distrito. Otros, aseguran que el diálogo con Daniel Scioli es bueno y que dada la juventud de Urtubey, integrar la fórmula aunque no la encabece, sería un gran logro de cara al futuro.
Este proyecto, que parece muy ambicioso, enfrenta algunos problemas en su propio distrito. El primero es el contendiente. "Ganarle a Wayar o a Olmedo fue fácil. Con Romero es otra cosa" advierten en la provincia cuando se les consulta. El senador nacional Juan Carlos Romero, tres veces gobernador y compañero de fórmula presidencial de Carlos Menem en 2003 había asegurado que nunca volvería a la gobernación, acuciado por descrédito y las causas judiciales que se acumulaban en su contra. Pero modificó su decisión y –merced a las gestiones del renovador Sergio Massa- sumó un verdadero motivo de preocupación para el actual gobernador: lleva como compañero de fórmula al diputado y empresario sojero Alfredo Olmedo.
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En otras latitudes, Olmedo es conocido sólo por declaraciones homofóbicas o por las denuncias en su contra por reducción a la servidumbre de trabajadores en sus campos, pero aporta votos del interior fundamentales para un candidato como el ex gobernador, que se siente fuerte en la capital. Referentes los dos de un mismo espacio político, la derecha, dejaron de lado momentáneamente sus viejas rencillas para conformar una fórmula que preocupa mucho al oficialismo. A fines de noviembre Urtubey logró arrebatar algunos dirigentes al Romerismo que llevaron cierta calma pero el alerta continúa.
El otro problema que enfrenta es su propia interna. Conociendo su intención de proyectarse nacionalmente, son varios los que pugnan para ser vicegobernadores y han desatado una verdadera tormenta hacia el interior de la alianza de gobierno. De hecho, juegue o no en una fórmula presidencial, Urtubey no tiene posibilidades de otro mandato en 2019 por lo que quien lo acompañe en la fórmula, bien puede pensarse como el siguiente gobernador de Salta.
Una de las opciones es repetir la fórmula con Andrés Zottos. El dos veces vice, se enfrentó al gobernador el año pasado con pésimos resultados pero hoy la posibilidad de continuar juntos parece recobrada. Zottos rompió hace 8 ocho años con las sectores más rancios del tradicional Partido Renovador Salteño y armó la estructura para ganarle al romerismo. Quien también está haciendo una fuerte operación de posicionamiento es Miguel Isa, el intendente peronista de la capital. Resistido por muchos pero con mucho apoyo en la ciudad, Isa se postula como candidato a gobernador pero su aspiración es acompañar a Urtubey. Quienes se oponen a él, lo considera el culpable de la victoria de la izquierda obrera en la ciudad, en las legislativas de 2013.
"Aumentar los impuestos a semanas de una elección es de una torpeza política nunca vista que le regaló la elección a los troskos. Insólito. Hasta en los barrios ricos ganaron",apuntan. Uno de los dirigentes que se oponen a su candidatura con más fuerza y buscan lograr el puesto de vice es el intendente de Tartagal Sergio "El oso" Leavy. El referente del Partido de la Victoria en la provincia ha sido taxativo y amenaza con irse del Frente de gobierno si el ungido es Isa. Las aspiraciones de Zottos y Leavy tienen cierta lógica. Tanto el Partido Renovador como el de la Victoria han sido fundamentales para ganar elecciones y asegurar gobernabilidad. Si Urtubey elige a un peronista como compañero se rompe la lógica del Frente y eso aleja a los aliados por derecha y por izquierda.
La gran incógnita es la izquierda. Con una elección histórica en 2013, buscan repetir con candidatos ya definidos. Pero quienes conocen la política de la provincia aseguran que los salteños pueden haber votado al trotskismo como legisladores pero difícilmente lo hagan para cargos ejecutivos.