En la teoría ganar un Mundial podría ser un impulso para facilitarle el futuro político al oficialismo de turno, sin embargo, detrás de la alegría de levantar la Copa del Mundo se esconde una maldición para los presidentes.
En el primer especial de El Destape Rusia 2018 nos preguntamos cómo influirá el resultado de Lionel Messi y compañía en las elecciones 2019. Y para averiguarlo repasamos qué paso en los últimos 30 años en los países que gritaron campeón.
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El resultado es sorprendente. Al contrario del imaginario popular, el máximo certamen del fútbol se transformó en una maldición para el oficialismo del país ganador.
A excepción de las copas de 1990 y 1994, el partido gobernante del país campeón perdió las elecciones inmediatamente próximas al triunfo deportivo.
Uno de los casos que comprueba la regla es el de México 86. Luego de que Diego Maradona le bordara la segunda estrella al escudo de la AFA, el por entonces presidente Raúl Alfonsín cayó derrotado en las legislativas de 1987.
¿Podrá Messi consagrarse con la Selección? ¿Será ese el fin de la carrera política de Mauricio Macri? Todo se resolverá a partir del 14 de junio.
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