La designación de Cristina Caamaño como interventora en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) es una apuesta sincera por parte del presidente Alberto Fernández para reestructurar el organismo, que quedó en el centro de la escena política por su actuación en operaciones mediático-judiciales, con filtraciones de escuchas telefónicas incluidas.
Caamaño recibió la confirmación del Gobierno el jueves por la noche, luego de que su nombre circulara por distintos medios de comunicación. Su actuación al frente de la intervención no tiene un plazo determinado pero los especialistas señalan que para aplicar las reformas en ciernes sería necesario al menos aproximadamente un año. Una de las principales problemáticas a abordar es la del vínculo promiscuo entre la exSIDE y los tribunales federales, sobre todo, los de Comodoro Py.
Fiscala nacional en lo criminal, en 2015 Caamaño estuvo a cargo del Departamento de Interceptación y Captación de las Comunicaciones (DICOM), es decir la oficina de escuchas. Esa dependencia nació a la par que la AFI, por decisión de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que buscaba cambiar las prácticas de la exSIDE y reformó el organismo de inteligencia. Entre otras cosas, traspasó las escuchas, históricamente en manos de la agencia, a la Procuración General de la Nación, que estaba bajo el mando de Alejandra Gils Carbó. Caamaño fue la persona elegida para conducir ese delicada dirección. Bajo su gestión no hubo una sola filtración. Con la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada, las interceptaciones quedaron a cargo de la Corte Suprema de Justicia, bajo la órbita de la Dajudeco. En los últimos cuatro años hubo un festival de filtraciones en la prensa, que derivó en un cruce de acusaciones entre el Alto Tribunal y la AFI. No se debe descartar que Fernández vuelva a llevar la dirección de escuchas al Ministerio Público Fiscal.
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Caamaño tiene una importante trayectoria en el sistema judicial. Entre otras cosas, fue reconocida por su rol durante la investigación del asesinato del militante del PO, Mariano Ferreyra, por parte de una patota de la Unión Ferrioviaria, en 2010.
También cumplió funciones ejecutivas en el área de la Seguridad. El 16 diciembre de 2010 se tomó licencia en el Ministerio Público Fiscal (MPF) y comenzó a trabajar en el flamante Ministerio de Seguridad, que se creó seis días antes y estuvo a cargo de Nilda Garré. Allí ejerció como secretaria de Seguridad Operativa y como Secretaría de Cooperación con los Poderes Judiciales, Ministerios Públicos y Legislaturas. A fines de 2013 volvió al MPF: asumió como fiscal nacional de instrucción, cargo en que se desempeñó hasta 2015 cuando quedó a cargo DICOM.
Desde el pasado 16 de agosto preside el colectivo Justicia Legítima, desde donde se pregona la democratización del Poder Judicial.
A su vez, tiene presencia en el mundo académico. Es docente de la Facultad de Derecho (UBA) al igual que Fernández. Dicta la materia Derecho Penal y Criminología.
Con su arribo a “La Casa”, Caamaño sucederá al amigo del presidente, el escribano Gustavo Arribas.
Según se desprende de las distintas entrevistas que brindó, la interventora de la AFI considera que durante el gobierno pasado hubo “injusticia, falta de derechos, de garantías, y de independencia”.Un diagnóstico similar al del Alberto Fernández.
En su primer discurso como jefe de Estado, el pasado 10 de diciembre, Fernández fustigó el desempeño de la justicia federal, anunció una reforma y aseguró que también intervendría la AFI “para impulsar así una reestructuración de todo el sistema de inteligencia e información estratégica del Estado”. Dijo, por ejemplo, que derogaría el decreto 656 del 2016, por el que el macrismo volvió a “consagrar el secreto para el empleo de los fondos reservados por parte de los agentes de inteligencia del Estado”.
“Lo digo y reitero con la firmeza de una convicción profunda: Nunca más al Estado secreto. Nunca más a la oscuridad que quiebra la confianza. Nunca más a los sótanos de la democracia. Nunca más es nunca más”, dijo el Presidente en uno de los pasajes más aplaudidos de su discurso ante la Asamblea Legislativa.
El nombramiento de Caamaño como interventora de la AFI es un paso firme en ese sentido.