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El premio a Santos llega a menos de una semana de la inesperada derrota del acuerdo de paz entre su gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC), por 50,2% a 49,8%, que podría haber puesto fin al conflicto armado que ya lleva medio siglo.
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Dicho acuerdo de paz, que ahora quedó en un impasse, se negoció en La Habana, Cuba, con representantes de ambas partes y el gobierno cubano como mediador y había obtenido un amplio respaldo de la comunidad internacional. Desde el papa Francisco, pasando por Barack Obama y los países de Sudamérica.
A partir de la derrota, se abrió un proceso de revisión del acuerdo, que incluía el desarme y la conversión de las FARC en un partido político con escaños asegurados en el Congreso colombiano por los próximos dos períodos. El principal detractor del arreglo fue el ex presidente Álvaro Uribe, quien llevó a cabo durante su mandato una política de combate frontal al grupo guerrillero, con Santos como su ministro de Defensa.