La modificación inconsulta que el presidente Mauricio Macrihizo al decreto 1212 encendió las alarmas de los clubes que se benefician de la medida ante un eventual desequilibrio de los presupuestos, que afectará a las actividades sociales.
Mientras los festejos del campeonato de Racing se apagaban el lunes por la mañana para darle paso al mundo laboral, la publicación del Boletín Oficial golpeó de sorpresa a las instituciones sociales. A través del decreto 231/2019, el Gobierno aumentó al 7,25% la alícuota del régimen especial que los clubes poseen a la hora de pagar cargas sociales y tributar al Estado.
Sin embargo, el efecto más nocivo para las entidades deportivas es la ampliación de la base de conceptos sobre la que se toma la carga tributaria y la eliminación del beneficio para las escuelas que dependan de estas, cambios que implican un importante desembolso de dinero en lo inmediato.
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La intempestiva decisión del Gobierno sorprendió al mundo del fútbol, que deberá absorber el impacto económico de los cambios en medio de una crisis que afecta no sólo a las instituciones, sino también a la economía familiar de sus socios. Al tiempo que provocó en varios de ellos un estado de alerta ante el peligro desfinanciación, sobre todo de los que más apuestan al rol social de las asociaciones sin fines de lucro.
Tal es el caso de Vélez Sarfield, un club modelo en cuanto al desarrollo de actividades sociales y el único que se expresó en contra del nuevo decreto a través de un comunicado oficial. "Somos uno de los clubes que más actividades lleva adelante, eso lleva a tener una estructura más grande y ahora vamos a tener que pagar como una empresa lo que antes pagábamos diferido”, señaló su vicepresidente 2°, Augusto Costa, en declaraciones a El Destape.
Para una estructura como la del club de Liniers, el cambio implica en principio "más de 5 millones de pesos por mes", un monto que lleva a "aumentar el déficit en un 30%" para "mantener el modelo del club"
“Este beneficio era fundamental para mantener el rol social. Nos preocupa la política de asfixia permanente a los clubes. Ya recibimos un golpe con los tarifazos, nuestros socios tienen cada vez más dificultades para pagar y nosotros absorbemos parte del costo de la crisis. Encima ahora nos dan un mazazo en la cabeza”, apuntó el dirigente.
La modificación parece seguir la línea de un camino que va hacia la desfinanciación de los clubes para convertirlos en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), un viejo objetivo que Macri persigue desde su época como presidente de Boca. El año pasado, las presiones del Gobierno para que la AFA permitiera el ingreso de las empresas fueron intensas y la quita del 1212 se convirtió en su principal arma de extorsión, sin embargo, los dirigentes rechazaron siquiera someterlo a votación.
“La discusión de las SAD la perdieron por goleada y ahora como represalia vienen con esta medida, que también es parte de mismo objetivo de desfinanciar a los clubes, para que luego vean como única salida el capital privado. Es como cuando desfinaciaron las empresas públicas antes de privatizarlas”, consideró Costa.
Y enfatizó: “Hay cierto grado de perversión porque la jugada apunta a que cuando los clubes estén asfixiados y tengan problemas de sustentabilidad económica, el argumento del Gobierno va a ser que los dirigentes son mafiosos y no sabe manejar los clubes, cuando las instituciones hacen un esfuerzo enorme para tener las cuentas en orden”
Si bien la presión de Macri para introducir las SAD en el fútbol argentino es clara, desde las entidades deportivas entienden que el modelo asociativo es inamovible en la Argentina. “La gran mayoría de los clubes siempre se han manifestado en desacuerdo con las SAD. Me parece que culturalmente en la Argentina es algo que no va a pasar. No están dadas las condiciones para ir hacia eso”, comentó a El Destape Marcelo Achile, presidente de Defensores de Belgrano y Prosecretario de AFA.
Para Achile, la modificación del 1212 es "una medida arbitraria que va a perjudicar a muchos clubes" y también es un revés para la flamante decisión de profesionalizar el fútbol femenino, ya que se amplía la suma de contratos sobre los que tributar. "Desde AFA fuimos hacia un avance importantísimo y vamos a ayudar a los clubes en este primer año, pero sabemos que después hay clubes que van a tener que tomar una decisión evaluando el presupuesto", advirtió.
En medio de una crisis socio económica cada vez más fuerte, para Achile es el momento en que la función social del club "la tenés que privilegiar", pero en cambio se la está "castigando no sólo con las tarifas demenciales de los servicios sino de un lado y del otro". Ante esto, confesó: “Realmente los clubes están haciendo magia para resistir”.
En una línea similar, el presidente de Ferro Carril Oeste, Daniel Pandolfi, también rechazó la posibilidad de que las SAD ingresen a la Argentina. “Esto nos complica muchísimo y debemos sobrellevarlo. Por más que lo quieran hacer, nosotros nunca vamos a pasar a ser una sociedad anónima. Sería muy burdo de parte del Gobierno presionar con esto para imponer las SAD", indicó a este medio.
Según Pandolfi, "Ferro está dentro del grupo de clubes que más los afecta esta decisión", ya que a los que más perjudica es a quienes "más invierten en el aspecto social de los clubes”. Así, marcó que se ven afectados por el aumento de las tarifas y que "cualquier variable que se desajusta nos desajusta todo el andamiaje del club". Y sentenció: “Es una torpeza grandísima, sobre todo en un año electoral y luego de una larga negociación (NdR: con AFA)”, alertó.
En esas condiciones, el ahogamiento económico se vuelve un temor cada vez más fuerte en las instituciones sociales, una tendencia impulsada por el macrismo que también arrastra con fuerza a los castigados clubes de barrio.
Para el presidente del Observatorio social y económico de clubes, Cristian Font, el cambio del 1212 "es una amenaza a los miles de clubes de barrio que tienen deudas tributarias". Alertado, manifestó a este medio su preocupación "porque en cualquier momento pueden ir por ellos” y apuntó: "Esto es un plan sistemático de destrucción de los clubes para instalar otro modelo".
La delicada situación tiende puentes entre los clubes con fútbol profesionalizado y grandes estructuras y los clubes de barrio. Así lo destacó Font al revelar que se vienen dando conversaciones con otras instituciones, debido a este tipo de situaciones que "generan mesas de diálogo para resistir este intento de privatización".
A comienzos de año, desde el Observatorio alertaron que las políticas de ajuste podrían llevar al cierre de 4000 instituciones barriales en 2019, pero el recrudecimiento de la crisis hizo crecer la cifra "un 20% más". La única salida parece ser la unidad de todas las asociaciones sin fines de lucro, sin importar su tamaño. "Esperamos que con la unidad de todo el sector podamos poner un freno a esto que no se aguanta más", pidió.