Por preocuparse por no frenar la economía a costa de la salud de su población, Estados Unidos se convirtió en uno de los principales focos del Covid-19. Por esto y los efectos del virus en sus principales socios comerciales, el banco Goldman Sachs prevé que su actividad sufrirá un derrumbe interanual del 34% en el segundo trimestre, lo que derivará en una profunda recesión para todo el año. El país ya registró un nivel inédito de despidos y esta tendencia continuará en la primera mitad de 2020.
De acuerdo a las estimaciones que la entidad financiera publicó el martes, el PBI estadounidense bajará 9% en el primer trimestre en comparación interanual, lo que profundiza la merma calculada el 15 de marzo, tiempo en que empeoró impacto del coronavirus. El segundo trimestre será uno de los peores en la historia del país, con un desplome del 34%. La previsión del banco daba una baja del 24% para ese período tan solo dos semanas atrás.
Goldman Sachs se mostró optimista en cuanto a la contención de la pandemia en para un territorio que no tomó políticas para conseguirlo. En el informe titulado La parada repentina: Un abismo más profundo, un rebote más grande plantea que en el tercer trimestre la actividad subirá 19% contra el mismo período de 2019. Quince días atrás había estimado sólo un 12%.
El resultado de esta combinación de caída con una posterior mejora dará una de las mayores recesiones en la historia del país. "Nuestras estimaciones implican que algo más de la mitad de la disminución de la producción a corto plazo se recuperará al final del año y que el PBI real caerá un 6,2% en 2020 en promedio anual", calculó el banco.
Pero este altibajo no será gratuito, sino que resentirá fuertemente a los más vulnerables. La carencia de políticas de contención del empleo en la, por ahora, principal economía del mundo generará un nivel de desempleo que en la primera mitad del año alcanzará el 15%, por encima del máximo durante la crisis de 2008-2009 de 10%. Dos semanas atrás esperaban un 9% de desocupación.
Esta crisis social ya se observa en los pedidos de subsidios por falta de trabajo, que alcanzaron su máximo desde que comenzó a medirse en 1968. Las 3,3 millones de solicitudes en tan solo una semana cuadriplica a los picos anteriores, de 2009 y 1982. De acuerdo a la consultora Invecq, esto refleja que en este momento, el desempleo se disparó del 3,4% al 5,4% en tan solo una semana.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rechazó decretar la cuarentena siquiera en Nueva York con sus 52.000 casos confirmados, que representan casi la mitad de las personas con el virus en el país. Sin embargo, el gobierno lanzó un paquete de estímulo fiscal que equivale a la inyección del 10% de su PBI, tres veces mayor al aplicado en 2008 por George Bush. Se enfoca principalmente en entregar subvenciones a las familias de menores ingresos, una política opuesta al manual neoliberal que sigue el titular del partido Republicano.
De acuerdo a Goldman Sachs, "la evidencia anecdótica y las altísimas cifras de desempleo muestran una producción y (especialmente) un colapso del mercado laboral aún mayor de lo que habíamos anticipado". Según sus previsiones, la industria automotriz sufrirá su peor caída en abril, con un derrumbe del 75%. La secundará la categoría de "otros equipos de transporte", con un golpe de hasta el 60% y le seguirán los productos de venta al por menor, con una merma del 30%. Por el contrario, el banco espera que mejorarán su nivel el sector de alimentación (frutas y bebidas) y la industria médica, que en abril subirán 10%.
Si no se hubiera dado el brote del virus, Estados Unidos hubiera visto un crecimiento real de su PBI del 2% en 2020, de acuerdo a lo que proyectó el FMI en enero. A su vez, hubiera mantenido su inflación en torno al 2,3% durante el año.