Cambiemos eligió al salario como la variable clave de ajuste para contener la inflación en este 2018. Mientras propone poner un techo a las paritarias, y elimina (o minimiza) las cláusulas gatillo de los acuerdos salariales, las tarifas y el tipo de cambio se han incrementado fuertemente en los últimos meses, siendo quienes vivimos de nuestro salario los principales perjudicados y perjudicadas. Desde el Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (OCEPP) elaboramos un informe para echar luz sobre este tema que tanto se está debatiendo hoy.
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En primer lugar de confirmarse la paritaria del 15%, como pide el Gobierno Nacional, a diciembre de 2018 los salarios perderán un 4% de su poder adquisitivo si la inflación interanual se ubicará al menos en 19,9%, de acuerdo al Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central. Según la estimación del OCEPP para no perder poder salario real los salarios deberían aumentar 21,5%. Si comparamos nuestras estimaciones con el aumento pautado para el Salario Mínimo Vital y Móvil a julio de 2018 de un 13% interanual, en todos los escenarios la caída del salario mínimo real supera el - 8%. Lo que se suma a la caída del salario real de 2016 y 2017, en donde el salario ya perdió un 6,4% de su poder adquisitivo.
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Para no perder poder adquisitivo, las paritarias deberían estar en el 21,5%
Entre los gremios que acordaron un incremento anual de 15% (sin cláusula gatillo), se destacan los casos de Comercio, que con más de 1.200.000 afiliados es el sindicato más grande del país, UTA y Luz y Fuerza. Si Macri logra cerrar otras paritarias cerca de ese porcentaje de aumento las y los trabajadores habrían perdido un 10% de su capacidad de compra entre diciembre de 2015 y diciembre de 2018.
En casi 3 años de mandato de Macri, los trabajadores habrán perdido un 10% de su poder adquisitivo
La esencia de esta política es colocar al salario como “ancla nominal” de los precios. Si durante 2017 el ancla utilizada fue el tipo de cambio para evitar una mayor contracción en un año electoral, en 2018 la variable de ajuste serán los salarios. Si bien la incidencia del salario sobre el nivel de precios es moderada, reducir los salarios reales contribuye a debilitar la puja distributiva, el principal factor detrás de la inercia inflacionaria. Por otra parte, la contención salarial debe ser analizada en el marco del nuevo modelo económico, es decir con una reforma laboral y tributaria en marcha que también apuntan a reducir costos empresariales a costa de la calidad de vida de los trabajadores. De nuevo, quienes menos tienen financian el aumento las ganancias de los poderosos.
La verdadera meta no es la pauta inflacionaria ni el crecimiento vía inversiones. La principal meta de la política económica de Cambiemos es bajar los salarios. Por el momento hay un sector importante de la población que no está dispuesto a aceptarlo, aspecto fundamental para evitar que se consolide el modelo económico de exclusión que postula el neoliberalismo. Modelo económico que vale la pena remarcar que tiene unas cuantas coincidencias con el que instauró la dictadura cívico militar, continuó en los gobiernos constitucionales y nos llevó a la crisis del 2001.
* El autor es economista y director del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (OCEPP) y referente de Ahora Buenos Aires
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