María Eugenia Vidal realizó un aumento de la deuda de Buenos Aires, al punto de que las calificadoras de riesgo advierten sobre un default año próximo. No sólo se convirtió en la provincia que más gasta en pagar los intereses, sino que además eroga el doble que el Gobierno central. Si bien el distrito no precisaba moneda extranjera para su funcionamiento, colocó títulos en el exterior con los que recaudó divisas para financiar la fuga de capitales nacional.
La agencia Standard & Poor’s le rebajó la nota a todos los bonos bonaerenses a raB-, lo que implica que “tiene una capacidad débil para hacer frente a sus compromisos financieros”. Además, aclaró que “condiciones adversas del negocio, financieras o en la economía, podrían deteriorar la capacidad o voluntad de pago de la entidad para cumplir con sus compromisos financieros".
“Consideramos que la posición de liquidez debería ser suficiente para cubrir el servicio de la deuda del corriente año, sin embargo, existe incertidumbre sobre la capacidad de atender la deuda 2020 en ausencia de una recuperación de las condiciones del mercado”, alertó S&P en su último reporte, del 12 de septiembre. “La baja de las calificaciones refleja nuestra visión de presiones de liquidez crecientes que, en medio de un contexto político complejo y mercados financieros muy volátiles, podrían poner en riesgo el pago a tiempo del servicio de deuda”, proyectó la calificadora internacional.
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También advirtieron por el sustancial incremento de la emisión de títulos públicos en dólares. “Dado que 77% del stock de deuda está denominado en moneda extranjera, consideramos que la deuda está expuesta a riesgos cambiarios”, aclararon.
"Vidal puso a la provincia al servicio de Macri, por eso se endeudó en dólares", esgrimió a El Destape Cristian Girard, integrante del equipo económico de Axel Kicillof. Es que el distrito no posee obligaciones en moneda extranjera, sino en pesos. Sin embargo, salió al extranjero a pedir divisas para reforzar las reservas del Banco Central y así conseguir los verdes que necesitaron los grandes empresarios y las compañías para fugar capitales, uno de los pilares del modelo macrista.
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Hoy día, el 22% del gasto total de la Provincia se utiliza para el pago de servicios de la deuda. Ya de por sí el número es elevado, pero podría ser aún mayor si aumenta el tipo de cambio, que aumentaría el peso del pasivo y también generaría un efecto contractivo en la racaudación.
“El gasto en deuda es el más alto del país y el doble del promedio nacional", precisó Girard. En enero, los vencimientos en dólares a privados serán de U$S 500 millones y entre mayo y junio de otros U$S 600 millones. Buenos Aires sólo recauda en pesos, por lo que la próxima gestión deberá acceder a la plaza cambiaria mayorista para pagarlo. Uno de los puntos resaltados por S&P fue, precisamente, que Cambiemos concentró las emisiones de corto plazo en Buenos Aires durante este año.
Moody’s coincidió en la advertencia sobre la posibilidad de cesación de pagos por la gestión de Vidal. “La provincia de Buenos Aires deberá afrontar un mayor riesgo de default debido a: 1) su alta susceptibilidad a la volatilidad del tipo de cambio dada su alta cuota de deuda denominada en moneda extranjera; 2) su vulnerabilidad a condiciones financieras ajustadas, y 3) su debilitada situación fiscal debido a una menor recaudación impositiva y los desafíos que deberá enfrentar para cubrir sus gastos", analizó la consultora el miércoles.
Si bien en el informe consideró que "su liquidez es suficiente para enfrentar la amortización de la deuda en 2019", apuntó que "necesitará asegurar financiamiento externo para renovar sus vencimientos en 2020".
El endeudamiento provincial durante el macrismo
En el final del mandato de Cristina Kirchner, todas las provincias debían $ 269.384 millones. Tras cuatro años con Macri en el gobierno central, el pasivo sub-soberano ascendió a $ 1,7 billón en 2019.
Al igual que en el orden nacional, el punto mínimo de la relación endeudamiento/recaudación se produjo en 2014 y 2015. Vidal asumió con una deuda de $ 121.494 millones, mientras que la estimación para finales de 2019 se ubica en $ 708.028 millones, de acuerdo a CEPA.