La fuga de dólares se aceleró. El ministro de Energía, ex ceo de Shell, aseguró que tiene su dinero afuera hasta que “recuperemos la confianza en el país”. Por otro lado, el ministro de Finanzas fue al citado al Congreso para explicar sobre dinero en paraísos fiscales pero con la colaboración del senador opositor, José Mayans, abandonó el Congreso. La fuga nuevamente se aceleró.
“Ganen la plata adentro o afuera, el rasgo más distintivo de la elite económica Argentina es tratar de exteriorizar sus utilidades”, señaló Ana Castellani, doctora en Ciencias Sociales e investigadora del CONICET-IDAES y agregó que esto en términos macro genera un gran problema para iniciar un ciclo sostenido de desarrollo dado que lo que se produce en el país no se reinvierte.
En este sentido, funcionarios de Cambiemos no son la excepción. Juan José Aranguren, actual ministro de Energía, confirmó hace pocos días que sigue teniendo su "dinero afuera" del país y que "a medida que recuperemos la confianza en la Argentina" lo traerá. Según su declaración jurada el 84% de su patrimonio, que son alrededor de 88 millones de pesos, esta en el exterior. El ministro de Finanzas, Luis Caputo, sigue el mismo comportamiento y tiene alrededor de 9 millones de pesos en una cuenta en Estados Unidos y además, según los Paradise Papers, apareció como dueño de offshores.
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Esto para un funcionario del Gobierno debería ser, de mínima, una práctica gravísima. “Si utilizo los paraísos fiscales la primera sospecha es que lo estás haciendo para pagar menos impuestos de los que tenes que pagar, por eso la contradicción de Caputo”, destacó Castellani y añadió que si el gobierno nombró al experto en finanzas, que tiene experiencia en evasión, como ministro y es el que además tiene que discutir con organismos internacionales como evitar la evasión impositiva, estás en un problema.
“Lo que pasa en materia de ahorro fuera del país es una práctica estructural que atraviesa a la elite económica. Esto está generalizado el tema es que al convertirse en elite política, estas prácticas hoy se vuelven más visibles y mucho más cuestionables”, indicó Castellani.
Durante el 2017 el déficit en la cuenta corriente ascendió a 4,8 por ciento del PIB en 2017 debido al rojo en el frente comercial, el déficit en servicios por turismo, la remisión de utilidades de las multinacionales que operan en el país y los pagos de vencimientos de deuda externa que acumularon un déficit de 30.792 millones de dólares. De esta manera se duplicó el déficit del año anterior.