No esperes a que sea tarde: Cambiemos venía por todo y por todos

23 de marzo, 2019 | 14.16

Joan Manuel Serrat es un artista consagrado popularmente por sus calidades sobresalientes como autor, compositor e intérprete y, particularmente, apreciado en nuestro país desde hace cincuenta años. Su poesía posee una enorme belleza, pero no sólo cabe valorarla desde lo estético o literario sino por la profundidad del pensamiento que trasluce. Una de sus canciones más conocidas se titula No esperes (del álbum Cada loco con su tema), que data de 1983 y cuya letra es bueno recordar en estos tiempos de la Argentina que, en ese mismo año, recuperó la democracia.

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No esperes que un hombre muera

para saber que todo corre peligro

El caso D’Alessio ha desnudado un metodología de operaciones mafiosas con múltiples actores, tanto en roles protagónicos como de reparto e incluso extras, que bien podría formar parte de las producciones de Netflix con varias temporadas de muchos episodios. Y de ser así, estaríamos viendo el primer episodio, emblemático pero que sólo anticipa la urdimbre de una trama mucho más compleja, sucia y dramática.

El proceso en curso da cuenta de importantes contrastes entre los integrantes del Poder Judicial, pero también que libertades, derechos y garantías básicas corren un peligro cierto por un accionar paraestatal que nutre el obrar ilegítimo de órganos y representantes del Estado.

Como sucede en las series y películas de espionaje ligado a intereses políticos, sus protagonistas no sólo carecen de valores éticos sino que no tienen límites para obtener sus propósitos y encubrir sus acciones.

En ese sentido no es exagerado plantear, que las derivaciones del juicio puedan poner en riesgo las vidas de quienes participan como magistrados, abogados, testigos, aparentes “arrepentidos”, procesados y hasta del principal imputado.

Ni a que te cuenten los libros

que están tramando ahí fuera

Todos somos parte de este presente, que al transformarse en pasado -por cierto oprobioso- ocupará un espacio singular en la Historia del país. Que relatará con lujo de detalles lo ocurrido en estos tiempos, las tramas que subyacen a los episodios más oscuros de la etapa democrática recuperada en 1983.

Sin mediar una resistencia general, cuando se lean esos relatos ya los daños serán irreparables, los responsables probablemente permanecerán impunes y todos habremos, por acción u omisión, consentido esas consecuencias nefastas para la sociedad en su conjunto.

Reacciones decididas como la de los miles que se manifestaron en la Capital Federal y en muchas ciudades del Interior en respaldo del juez Ramos Padilla, son importantes pero no suficientes para sostener la continuidad de una investigación a fondo de maniobras que, en definitiva, atentan contra la institucionalidad republicana.

No esperes a que te den los planos

para satisfacer tu curiosidad

¿Cuánto hace falta esperar para advertir lo que está pasando?

¿Qué nos falta ver para tomar conciencia del saqueo que estamos sufriendo?

¿Cómo ser indiferentes frente a tanta impudicia?

¿Cuál es la razón que permita pensar que el avasallamiento de los derechos de muchos otros, no nos tendrá por víctimas mañana a nosotros mismos?

¿Dónde esperan muchos encontrar respuestas a sus pasivas inquietudes?

Ni a que el aire también sea de pago

para gozar el placer de respirar

Las promesas incumplidas a esta altura no pasan de ser una anécdota, a poco que reflexionemos sobre el modo y los alcances de la desorganización impuesta por Cambiemos a la vida institucional, comunitaria y también personal.

El reclamo por la eliminación del impuesto a las ganancias sobre los salarios –que hoy son más los que tributan aunque ganen menos-, pierde entidad en comparación con el aumento de tarifas del transporte, de la luz, del agua, del gas.

Las que a su impacto directo en la economía familiar suma otros efectos indirectos en el precio de los alimentos, la indumentaria, los alquileres y el consumo en general.

No esperes a que se acaben

para desear las cosas más que nunca

Muchos, y de los más variados, son los bienes de los que nos han privado a la mayoría de los argentinos.

En 2018 más de 260.000 personas perdieron su trabajo en el sector formal, a lo que cabe sumar no menos de 70.000 que se desempeñaban en la informalidad, estando a que sólo quienes ocupan empleos sin registrar se estiman en un 35% del total de trabajadores en relación de dependencia.

La subocupación, que refiere a los que teniendo un empleo busca otro porque sus ingresos son insuficientes, representan hoy un 14,7% del total de los empleados formales.

La caída en más del 6% del empleo en las escuelas privadas que significa, por un lado que 12.000 docentes quedaron desocupados, pero por otro, que las familias no pueden sostener el costo de esos colegios para sus hijos, que tanto afecta a quienes deben optar por la escuela pública como a los que deben resignarse a enviarlos a otras más económicas.

La reducción de gastos y consumos que eran habituales, por la falta de recursos o el temor a que en breve se nos presente esa situación.

Ni a responder las preguntas

cuando los otros se callen

En la apertura del año judicial, Carlos Rosenkrantz, quien admitiera inicialmente su nombramiento por un simple decreto presidencial en clara violación de la Constitución Nacional, hoy Presidente de la Corte Suprema de Justicia, reclamó por la pérdida de legitimidad del Poder Judicial; sin sentirse comprendido en ese universo, ni por las causas que han llevado a los magistrados a un desprestigio mayúsculo, como si siguiera siendo simplemente un abogado.

Ninguna referencia explícita hizo a las irregularidades cotidianas que se verifican en la tramitación de los procesos, ni a las implicancias del caso D’Alessio en esa pérdida de legitimidad y a la falta de soporte para la investigación a pesar de los requerimientos del juez, que recién atendieron luego del planteo que le hicieran desde la Cámara de Diputados.

Los abogados son entorpecidos en el ejercicio de su profesión, sujetos a extorsiones a sus clientes y a múltiples operaciones ilícitas. La abogacía misma está en riesgo. Sin embargo, no ha habido pronunciamientos al respecto de los Colegios de Abogados, ni le han ofrecido su respaldo a los profesionales víctimas de esas maniobras.

Como tampoco los hubo en la mayoría de las Escuelas y Facultades de Derecho, entre las que se destaca la de la UBA, cuyas autoridades asisten impávidas a esos acontecimientos cuando son justamente las encargadas de formar a los futuros abogados.

Es a la sociedad, a cada uno de nosotros, que interpela una realidad que apesta, que descompone. Que asfixia a la población, pero también sumerge y ahoga la vida institucional.

No esperes el consentimiento

ni a que te proporcionen un manual

Se cumple un nuevo aniversario de la instauración de la sangrienta dictadura cívico-militar en 1976. Fue entonces cuando muchos creyeron que un rico empresario como Martínez de Hoz y los CEO's que lo acompañaban resolverían la crisis económica de la Argentina, pero no hicieron más que acentuarla, multiplicar por siete la deuda externa, estatizar la deuda de los privados cercanos al Gobierno y sembrar la muerte impunemente por doquier.

Contaron también con un fundamental blindaje mediático, pero eso sólo no explica la actitud que parte de la población adoptó ante la constante violación de los derechos humanos, la desaparición forzada de miles de personas y la respuesta –tácita o explícita- que se daban frente a ello: “por algo será”.

La toma urgente de conciencia de lo que nos ocurre corresponde a cada uno y a la sociedad en su conjunto, nadie está exento de ese deber cívico elemental.

Es preciso asumirlo, decodificar los datos, la información que se nos proporciona, despejar el horizonte que se nos presenta, no aceptar pasivamente la imposición de un sentido común que es contrasentido ostensible en contraste con la realidad palpable.

Ni a que el horóscopo te sea propicio,

ni a que el cielo te mande una señal

Los fenómenos metereológicos … no serán los que nos proporcionen ninguna salida o nos expliquen los aducidos obstáculos que dicen entorpecer el plan inicial de Gobierno, ni de aquéllos depende el curso de los acontecimientos.

Son las decisiones políticas de los cipayos que nos gobiernan y sus mentores, los intereses extranjeros a los que responden sin miramientos, a quienes les cabe la responsabilidad de tanta desgracia como la que hoy padecen los argentinos.

¿Cuál es la señal que esperamos? ¿Qué más necesitamos para entender que venían por todo y por todos?

Si de herencias se trata, está a la vista la que recibirá quien gobierne la Argentina después del 10 de diciembre. Porque hacia fin de año la desocupación superará con creces los dos dígitos, la inflación será del orden del 50%, la pobreza sumirá a más de la mitad de la población y la miseria –no sólo de los más vulnerables- se extenderá como una plaga.

La deuda externa será inconmensurable, teniendo en cuenta que en estos tres años –medida en dólares- se ha incrementado en un 72,7%, que los compromisos financieros adquiridos que se deberán afrontar entre 2019 y 2020 rondan los 54 mil millones de dólares.

No esperes golpes de suerte seguirás a su merced,

Mientras haya gente que trafique con la muerte

La suerte no está echada, pero tampoco puede delegarse en el mero albur ni en el eventual hacer de los otros el curso futuro de los acontecimientos en nuestra Patria. Ni quedar a merced de las manipulaciones que comprometen nuestra libertad, nuestra seguridad y nuestras vidas.

La banalización de las consecuencias del gatillo fácil de las fuerzas de seguridad exhibida como una acción legítima para protegernos de la delincuencia, admitiendo de hecho la pena de muerte para cualquier delito. Encubrir con falsedades el proceder represivo que se cobra vidas, como en los casos de Santiago Maldonado, Nahuel García y otros tantos.

O del otro lado, presentar a Nisman como un mártir, sin sustento serio alguno para sostener que fue asesinado; y mucho menos para atribuirle avance útil alguno en diez años como fiscal en la causa de la AMIA, cuyo trabajo estaba supervisado y dirigido por la Embajada de EEUU a la que reportaba.

De allí que seguir teniendo expectativas en quienes a diario nos defraudan, que lo han hecho desde un comienzo, es más que una actitud ingenua. Es una actitud suicida.

No esperes de ningún modo que se dignen consentir,

tu acceso al porvenir los que hoy arrasan con todo

Cada uno y cada pueblo es, en buena medida, artífice de su propio destino, aunque los factores que operen como condicionamientos lógicamente impongan límites a esa voluntad.

Sin embargo, no se reduce a un mero voluntarismo la posibilidad cierta de frenar este saqueo, de obtener una real independencia de Poderes, de encontrar eco en la Justicia cuando reclamamos por nuestros derechos, de erradicar la criminalización de la protesta popular, de promover y alcanzar una mayor equidad social.

Es insensato continuar impasibles, tolerando la distorsión ridícula de la realidad que el Presidente y su equipo –orgánico e inorgánico- de comunicadores nos inventa, es hora de sacar la tapa y salir del frasco, porque ya han llegado al absurdo en su afán de embaucarnos.

Tanto es así, que no debería sorprendernos que desde la Alianza Cambiemos recomendaran la postulación del Padre Grassi para representarnos ante la UNICEF, o a la Gendarmería para el Premio Nobel de la Paz o al odontólogo Barreda para la Secretaría contra la Violencia Familiar.

El Presidente dijo en esta semana: “Siempre me calentó la mentira”. Afirmación, que sólo podría interpretarse como un chiste de mal gusto o, en su pura literalidad, como un método personal que recomienda Macri para sustituir al Viagra.

No podemos seguir esperando, es urgente alcanzar definiciones que permitan hallar una salida democrática del pantano en el que pretenden hundirnos, y hacerlo antes de que sea demasiado tarde.

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