La empresa concesionaria del subte, Metrovías, tomó un crédito por 30 millones de pesos a casi el doble de la tasa de mercado poniendo como garantía los subsidios que le paga el Gobierno de la Ciudad. Formalmente, el motivo del préstamo fue para "capital de trabajo". Sin embargo, un informe del Laboratorio de Políticas Públicas (LPP), que dirige el ex legislador porteño Rafael Gentili, dejó en evidencia el pésimo manejo financiero y abrió un interrogante sobre el verdadero motivo detrás de la operatoria..
En noviembre de 2013, Metrovías solicitó un crédito del banco CMF por 30 millones de pesos, a pagar en un año a partir de marzo de 2014, con una tasa Badlar (que calcula y publica diariamente el Banco Central) más 10 puntos porcentuales. Según un documento al que pudo acceder El Destape, la tasa final del crédito fue del 40,29%, prácticamente el doble de la tasa de referencia que entonces había en el mercado. "Lo llamativo es que el riesgo de no pago, en realidad, era nulo ya que la garantía fue el 40% de los subsidios que el gobierno de la Ciudad le paga a Metrovías para operar el servicio", explicó a este medio Rafael Gentili. "Cuanto menos, estamos frente a una mala administración financiera porque finalmente se pagó una tasa superior a la de mercado. Metrovías continúa usando un servicio público para intereses propios", añadió.
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En efecto, según un cuadro simulado elaborado por el equipo de Gentili, entre la tasa de mercado de noviembre de 2013 y la conseguida por Metrovías, hay una diferencia millonaria. En total, se pagaron casi nueve millones de pesos de interés, cuando en realidad correspondían poco más de cinco millones de pesos si el préstamo se hubiera tomado a la tasa de mercado de ese momento.
Además, el dinero fue pedido con el objetivo de destinarlo a capital de trabajo, variables cuyo sostenimiento en realidad están garantizados por contrato y por los mismos subsidios que le otorga a Metrovías el gobierno porteño. La operatoria necesitó del visto bueno de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), la empresa estatal que controla a Metrovías, y de la aprobación de la Procuración porteña, que dictaminó a favor de que Sbase saliera de garante de la concesionaria.
En diciembre de 2013, Sbase transfirió al banco CMF $51,7 millones. Este hecho fue constatado por un informe de la Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires, al que accedió El Destape. Allí se indica que "de los aportes estatales correspondientes a los meses de noviembre y diciembre 2013, la operadora recibió el 60% ($ 83.978.210,40) ya que el 40% restante ($ 51.717.835,00) fue transferido al Banco CMF, en concepto de pago del préstamo que Metrovías mantenía con dicha entidad bancaria". De esta manera, Clisa (Metrovías en los hechos) hizo uso de la garantía y desvió 51 millones de pesos para el pago de los intereses y el capital del préstamo.
Pero la auditoría reveló un dato más, casi al pasar. Según explicaron desde Sbase a los auditores, el dinero de los subsidios se deposita siempre a fin de mes con el objetivo de que Metrovías lo utilice para el pago de salarios, el mayor gasto que tiene la empresa.
Si el dinero no fue utilizado para capital de trabajo, ¿entonces para qué se usaron los fondos asegurados con el dinero de los porteños? Una fuente de Clisa, que pidió estricto anonimato, explicó que el Grupo Roggio maneja a todo el conglomerado de empresas dedicadas a la gestión de servicios a través de un tablero integrado, donde el flujo de ingresos y egresos de todas las compañías se administran en forma conjunta. "El Grupo estaba con problemas de liquidez en pesos y necesitaba sí o sí fondos", señaló la fuente.
Una advertencia de la calificadora Standard & Poors (S&P) y publicada en El Cronista Comercial en septiembre de 2014 confirma el dato. Clisa estaba en riesgo de cesación de pagos y, según S&P no podría "continuar honrando sus obligaciones". Sin embargo, allí se explica que Clisa había bajado su calificación de deuda porque tenía problemas originados por el cepo cambiario y la imposibilidad de girar dólares al exterior. "Es mentira", sentenció una fuente del mercado financiero. "En ningún momento se cortó el acceso a dólares para el pago de deudas en dólares... ninguna empresa entró en cesación de pagos por no poder pagar su deuda en moneda extranjera y, si hubiese pasado, se hubiera enterado todo el mundo". La misma fuente confirmó que el CMF es un "agente financiero de CLISA, le colocó obligaciones negociables millonarias en el mercado local y en el exterior". De hecho, le colocó, en 2007, 150 millones de dólares en el mercado internacional.
Sólo por la operación (si se quiere, menor) de prestarle 30 millones de pesos a Clisa -al doble de la tasa de mercado-, cuando el reaseguro eran subsidios estatales, el CMF retuvo el 1,5% (más IVA) del monto total del contrato, lo que significó $450.000 de comisión.