Mengolini: "Twitter se volvió de repente en una tierra de trolls"

24 de septiembre, 2017 | 10.40
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La periodista Julia Mengolini se abocó a la titánica tarea de llevar adelante un nuevo medio de comunicación, en momentos en los que las voces críticas al gobierno de Mauricio Macri escasean.

En diálogo con El Destape, la ex Duro de Domar y C5N relata cómo es su experiencia, qué piensa del Gobierno de Macri y define a los principales comunicadores de la Argentina.

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- ED: Ya alejada, ¿cómo ves a la TV de hoy?

- Mengolini: La televisión está jodida. Esta muy difícil de ver y con un discurso que si ya era de derecha antes, ahora todo ese bloque hegemónico y del discurso oficial explotó y se corrió incluso más a la derecha. Periodistas que tal vez era progresistas, hoy los ves defendiendo leyes que flexibilizan las relaciones laborales o cosa que ni ellos mismo se hubiesen imaginado estar defendiendo. Insisto, las clases dominantes siempre tuvieron esa capacidad de instalar un sentido común que suele ser más reaccionario que las sociedades. Estamos en un momento de concentración mediática y blindaje hacia el Gobierno que está peligroso, porque cuando perdemos tanto una voz entera en el debate político, le hace mal a la calidad democrática. Es el cuento del rey desnudo.

- ¿Se presentan dificultades a la hora de hacer periodismo en los pequeños medios en esta época, entre la asfixia de los grandes grupos de medios o del Gobierno con la pauta oficial?

- Es difícil porque para hacer un medio y hacerlo masivo necesitas plata, y conseguirla no está fácil. También tiene que ver con una cierta voluntad del Gobierno de asfixiar a los medios críticos y de hecho lo vemos muy en concreto con otros medios que lo hubieran sido, pero ya no existen por medidas autoritarias del macrismo. También por defectos de la gestión anterior, en tanto no se pensó sustentable y a futuro, como tampoco un cambio de Gobierno.

- ¿Y cómo se gestiona un medio como Futurock?

- Nosotros lo que hicimos fue inventar algo muy nuevo, que es una comunidad de oyentes que con $100 por mes son el principal sostén económico de la radio. Además estamos construyendo una comunidad en su sentido más profundo y político. En una época donde el neoliberalismo vuelve a destruir los lazos sociales, construir un colectivo que se banca entre sí y potencia las individualidades es algo que la gente valora mucho. No solo estamos creando un medio de comunicación nuevo, sino también una identidad.

- Futurock trasciende la cuestión meramente radial, y busca también hace otras cosas, como el evento del Konex, ¿pero cómo surgieron estás ideas?

- Porque en la programación Futurock hay mucho comediante, standapero, músico, y todo lo que sucedía en un día de programación se podía llevar al escenario. Así surgió el evento del Konex, en el que presentamos la programación de este año. Hay gente que empezó a escuchar la radio ese día, vio que existía ese show y dijeron 'de acá no me voy'. A partir de eso, somos generadores de contenido en vivo, hacemos charlas, como forma de devolución por los $100 que aportan al mes. Nos parecía que hacer una serie de descuentos en restaurantes era una gilada que no le sirve a nadie y nos pareció que lo más interesante y rico era devolver contenido.

- ¿Creés que las nuevas tecnologías de "acceso público" ayudan a la hora de comunicar?

- Pasa algo loco con las redes. Hace algunos años te hubiera dicho que las redes democratizaban muchísimo, porque cada uno tiene en su mano un pequeño medio, pero al mismo tiempo hay herramientas para capitalizar eso y volverlo en favor del discurso hegemónico. Twitter fue un lugar en 2011, 2012, muy democrático, de discusión bastante honesta, y de repente se volvió tierra de trolls. ¿Por qué? Porque existe la posibilidad de poner plata, hacer una inversión y tratar de inventar opiniones públicas que por ahí no son tales. Generan opinión masiva a través de call center con trolls. Ahí se pierde ese sentido democrático de las redes, porque son fácilmente manipulables y con un poquito más de tecnología, podes hacer llegar un discurso a determinada gente de una manera muy direccionada.

- ¿El Gobierno domina las redes sociales?

- Claramente tiene un manejo de las redes que todo el otro sector del arco político no tiene. Tiene ese know how (saber cómo), para usar palabras de ellos en inglés, mientras que todo el sector progresista se quedo en viejas formas de hace política. Saben detectar al receptor y qué mensaje darle. Si el receptor es fanático del cuidado de los perritos en las plazas, entonces en su Facebook le va a llegar un posteo del PRO donde parece ser que su principal política pública es cuidar a los perritos en las plazas. Es peligroso, se está encapsulando pequeños discursos, cuando la red debería ser un lugar mucho más fluido, donde terminás hablando de otras cosas. Las redes lo que a veces hacen es generar burbujas de opinión y temáticas que no fomentan la participación.

- ¿Cómo cataloga el accionar del Gobierno Nacional respecto a la desaparición de Santiago Maldonado?

Es grave que haya desaparecido un pibe en democracia y más que una de las principales fuerzas de seguridad sea la principal sospechada de haberlo desaparecido. Más grave aún hasta dónde llegan las responsabilidades. Por el camino que tomes, llegan a Patricia Bullrich, sobre todo por la actitud de encubrimiento que tuvo. Si desde un principio se le iba la mano a un gendarme y con una serie de compañeros hacían desaparecer a Santiago, lo que tuviera que haber hecho la ministra de Seguridad era separar inmediatamente a la Gendarmería y ponerse a investigar, que es lo que exactamente no hicieron.

- ¿Y por qué la encubren?

- ¡Porque tiene alma de gorra, qué querés que te diga! Hay trascendidos que más allá de que sean ciertos o no, son muy gráficos, que son que a Macri hace muy poquito días le dijeron que era un quilombo y él se sorprendió. Esa escena la creo por lo menos verosímil, sin chequear, porque Macri tiene muy poca conciencia de lo que significa un desaparecido en democracia en la Argentina. Porque es un Presidente muy alejado de su pueblo y de su país, entonces mandó a encubrir hasta que le estalló más de cerca. Alguien le dijo 'ésto es un quilombo, hay 300 mil personas en la plaza y no las resolvés diciendo que son kirchneristas'. 'Eh, cómo no me avisaron antes?', yo me lo imagino contestando eso. Por eso siguen encubriendo y dejar de encubrir a los 40 días es muy difícil. Lo que si vimos es un giro en el discurso pero el encubrimiento sigue siendo tal. No se está teniendo la voluntad política de verdad de buscar a los responsables. Porque si esa fuera, habría que haber apartado a la ministra de Seguridad.

- A partir de la primera marcha del #NiUnaMenos se hicieron más visible los femicidios, ¿pero ves un crecimiento en cuanto a lo que es el feminismo y en cuanto a la violencia del patriarcado?

- Desde la primera marcha del #NiUnaMenos claramente se amplió muchísimo hacia sectores de la sociedad que hasta entonces no tenían idea de cosas como la desigualdad entre varones y mujeres. Esa primera marcha fue un punto de llegada, porque la lucha feminista es muy previa, pero también un punto de partida. Acá lo que hicimos fue masificar el discurso, esa fue una marcha de consenso mínimo, se entendió que no se podían matar mujer por el simple hecho de ser mujer. De verdad la tarea feminista es empezar a cuestionarse las causas del femicidio, rascar un poco más y empezar a desarmar al machismo. Y hay mucha gente que se queda a mitad de camino, porque hay mucho discurso de la boca para afuera, muchos comunicadores que el día de la marcha se emocionan y después siguen reproduciendo prácticas machista en los medios, en las instituciones, en la sociedad en general. Nos hace falta un largo camino, está bien masificar el reclamo pero nos falta muchísimo.

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- ¿Con esta visibilización, creés que hubo una reacción?

- Hubo una reacción conservadora machista. Es difícil, pero muchas veces con compañeras que hablamos de estas cosas, nos da la sensación que el aumento en la tasa de los femicidios y la virulencia de ciertos asesinatos, tienen que ver con una suerte de reacción conservadora a un feminismo más popular que venimos viendo en los últimos tiempos. Esto de ninguna manera es un discurso para decir quédense en las casas, que asuma que hay una reacción de ninguna manera implica que tengamos que dejar de luchar y salir a las calles. Al revés, quedarse a mitad de camino es ahogarse en el río.

- Voy a decir nombres y definímelos en una frase:

- Esteban Bullrich

- Es la expresión más brutal y silvestre de lo que es el verdadero pensamiento de la oligarquía argentina.

- Pablo Duggan

- Es la expresión más brutal y silvestre de lo que es el verdadero pensamiento del gorila argentino. Pero debo decir que fue un buen compañero y que ese año que compartimos el noticiero fue una experiencia interesante porque, como en pocos lugares se ve hoy, había una discusión ideológica puesta en televisión pero hecha con respeto y con cierto cariño y compañerismo, y es una experiencia que está buena. De eso se debería tratar la democracia, discutir en un marco de respeto, por lo menos sin matarnos, como se daba en otras épocas.

- Martín Rechimuzzi

- Así como tantos otros comediantes y comucadores de la radio, es una de las voces fundamentales de nuestra generación, porque hablar de política y hacerlo con humor es un multiplicador invaluable del mejor de los sentidos y de contra hegemonía.

- Iba a decir Eduardo Feinmann pero prefiero Alejandro Fantino

- Una desilusión. Si bien nunca estuve cerca de pensar como piensa Fantino, en algún momento me pareció un comunicador interesante. Ahora lo que está pasando en Animales Sueltos responden directamente a las necesidades de servicios de inteligencia y no me lo veía así a Fantino, me imaginaba un tipo más honesto.

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