Mauricio Macri presionó cinco veces a Carlos Bianchi para que explicara por qué no renovaba su contrato con el club de la ribera. El director técnico más ganador de la historia de Boca, cansado de las embestidas, se levantó y lo dejó hablando solo en la sala de conferencias de prensa de la Bombonera.
Ocurrió un 23 de septiembre de 2001, tras una goleada de Boca ante Lanús por 6 a 1 y el momento se transformaría en un momento icónico de la relación entre el entonces presidente de Boca y el detentor del "celular de Dios". La repercusión mediática de ese hecho terminó de dejar en claro que Macri y Bianchi, ambos artífices de la época con mayores logros deportivos de la historia del xeneize, nunca se llevaron bien.
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Macri fue presidente de Boca entre 1995 y 2007. Su imagen de dirigente deportivo exitoso se la debe, en gran parte, a Carlos Bianchi. El director técnico consiguió en esos años, entre otros títulos locales, dos Copas Intercontinentales y tres Copas Libertadores.
Sin embargo, el vínculo entre ellos se fue deteriorando a pesar de los logros deportivos. Las presiones de la dirigencia y del presidente, sumadas a la venta de varios jugadores claves, terminaron por tensar aún más la relación. Bianchi se fue del club de la ribera en 2004, tras perder una final de la Libertadores con el Once Caldas.
En 2009, regresó a Boca como manager y los resultados no se vieron en lo deportivo. Mauricio Macri aprovechaba la ocasión y le pegaba desde la comodidad de la Jefatura de la Ciudad de Buenos Aires: "Desde afuera no se ve cuál es el rol de Bianchi dentro del club. Yo lo querría como técnico, me gustaba más en esa función, no como manager, ya que no se entiende bien cuál es su función".
Sin embargo, un Bianchi más combativo le respondía en los medios al ex presidente del xeneize. "Estoy preocupado como ciudadano por saber qué es lo que hace el Jefe de Gobierno por los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires", comentaba el manager a Télam.
El último round de la pelea entre Bianchi y Macri se dio en 2013, cuando el presidente macrista Daniel Angelici lo contrató por la presión del hincha. En ese período de magros resultados deportivos, Macri también aprovechó la oportunidad para pegarle desde afuera al director técnico y a otro de sus eternos enemigos, Juan Román Riquelme.
Casi en unísono con Angelici, el jefe de Gobierno porteño cuestionaba implícitamente a los dos referentes: "El año de Boca fue muy, muy pobre, sobre todo por el plantel que tiene. El equipo es un desastre, no juega bien".
El domingo Macri fue electo presidente de Argentina. Hasta ahora no se han escuchado declaraciones de un lado o del otro. Sin embargo, la historia permite pensar que muy pronto tengamos otro cruce entre el virrey y Mauricio Macri.