Los shoppings venden la ropa siete veces más cara que su costo de producción

14 de noviembre, 2014 | 19.25
Por Nicolás Furfaro
Redacción El Destape

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El jean que está $ 850 en un shopping se produce por $ 122,4 en un taller de confección. Los precios de la ropa de marca comercializada en los grandes centros de compras se multiplican por siete a partir los costos de ocupación de locales, los impuestos, el marketing y el margen de ganancia de las compañías.

Según datos de la fundación Pro-Tejer, los componentes del primer eslabón de la cadena de producción tienen un peso muy bajo. La materia prima (telas y avíos) significa sólo el 3,8% del precio final, que luego es acompañado por el corte y costura (3,7%); el lavado, bordado, revisión y empaque (5,50%); la ganancia del confeccionista (0,9%); y los gastos de fletes y seguros (0,5%). Así, el total de fabricación es de sólo el 14,4% de la cifra que luego aparece en las etiquetas de los negocios.

En segundo lugar se ubica el desarrollo de la marca. Del pantalón de referencia de $ 850, 108,8 pesos (12,8%) surgen de todo lo relacionado con el marketing y la construcción de imagen, mientras que 56,1 pesos (6,6%) corresponden la ganancia de la empresa. Los gastos comerciales y financieros se llevan $ 333,2 del costo del jean (39,2%), mientras que los impuestos implican $ 229,5 del total (27%).

El gran problema que tienen hoy las grandes marcas textiles se relaciona con los costos no transables. El peso del proceso industrial se desvaneció en todo el mundo, con lo que la formación de los precios comenzó a vincularse centralmente con el camino entre la salida del taller y la vidriera que observa el consumidor. De esta forma, cuestiones como la atención administrativa, el pago de alquileres y el posicionamiento del producto inflan el valor de venta.

La influencia de estos costos en los precios finales existe en todos las cadenas de valor. Para verlo se puede hacer un ejercicio simple en los sitios de ventas online: al comparar los precios de los vendedores directos con los que tienen los locales se evidencian diferencias que van más allá de un descuento ocasional. Así, todo el mercado cumple una lógica tan simple como la que se desprende de la variación del valor de un café en locales de distintos puntos de la ciudad con diferente público y trabajo de diferenciación.

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Un empresario del sector le contó a El Destape que los costos de ocupación de los locales están muy altos e influyen de manera determinante en el precio de las prendas. Existe un costo de entrada al local, denominado "llave", que puede representar más de 20 veces el alquiler.

Para un local de 100 metros, la marca paga un alquiler mínimo de unos $ 100 mil mensuales o el 7% de la facturación bruta con impuestos (el valor que resulte más alto). "Vos lo pagás aunque esté cerrado y no vendas una sola prenda, y si te va bien les tenés que dar más", agregó la fuente privada que pidió mantener reserva.

Además, hay un fondo de publicidad general del shopping al que todos los locales deben aportar el 15% del valor del alquiler, ya sea el de base o el extendido por venta. Por el lado de las expensas los valores varían mucho, "pero tienen un peso importante porque ahí se pagan todos los gastos de la estructura del centro comercial". Para locales grandes se puede llegar a hablar de más $ 30 mil.

"Todo ese paquete te da que el costo de ocupación promedio de aproximadamente el 18% de ventas las brutas, cifra que se puede extender hasta el 24%", agregó la fuente. Según el hombre de negocios, luego del impuesto a las ganancias y el enfrentamiento de todo los gastos, se puede hablar de ganancias netas de entre el 8 y el 10 por ciento de la ventas.

En tanto, el economista Mariano Kestelboim sostuvo que "es muy importante aumentar la capacidad productiva y los espacios de comercialización, promover el desarrollo de parques industriales con modelos óptimos de producción orientados a generar productos de buena calidad a precio más accesible".

Esto implica el desarrollo de una política industrial - déficit de la gestión económica del gobierno nacional - porque hoy en día el grueso del mercado se sostiene en talleres marginales que producen con poca escala y escasa capacidad tecnológica.

"En Estados Unidos hay ropa de calidad y abundante, en parte porque no tienen aranceles pero también porque tienen supermercados de ropa en el contexto de una planificación de desarrollo productivo urbano que contempla esas necesidades", agregó Kestelboim.