Los economistas del PRO, que saturan las primeras y segundas líneas del poder, tienen más en común de lo que aparentan. La mayoría trabajó en Estados Unidos, en el banco JP Morgan o Deutsche Bank y amasó una fortuna en la plaza financiera, que apuestan contra los países subdesarrollados.
El primer ministro de Hacienda y Finanzas de Macri, Alfonso Prat Gay, operó en las oficinas neoyorquinas de JP Morgan. A fines de 1998 convenció ideó una corrida contra el real brasileño que dejó ganancias multimillonarias y le valió al entonces joven financista ser enviado a Londres a dirigir la estrategia global de monedas del banco. Trabajó en la firma hasta 2001, cuando se fue para dedicarse a la política.
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Manejó el Palacio de Hacienda por un año, hasta diciembre de 2016, tiempo que le bastó para aumentar geométricamente sus activos al fijar el precio del dólar con la salida del “cepo” e iniciar la política de mega endeudamiento, donde ganó jugosas comisiones su ex empleador como agente de colocación de bonos. Además, en su gestión el Banco Central ideó la descontrolada emisión de Lebac, que se convirtió en una bola de nieve para el Estado y un negocio redondo para la City.
Luis Caputo, quien lo suplantó en el Ministerio de Finanzas, vivió en Estados Unidos el grueso de su carrera como timbero. Fue jefe de operaciones para América Latina del JP Morgan en Nueva York entre 1994 y 1998 y jefe de operaciones en la sede del Deutsche Bank de la misma ciudad entre 1998 y 2003. Después de eso volvió al país para presidir la filial local del Deutsche hasta 2008. Recién en 2012 constituyó el fondo de inversión Axis, del que se retiró, al menos en papeles, para ingresar al Estado.
Sin embargo, con Cambiemos en el gobierno, Axis amasó más de $ 10 millones de utilidades con contratos de dólar futuro, lo que permite dudar de la desvinculación. Más aún, el fondo de los jubilados (FGS) compró $ 500 millones de Lebac con intermediación de Axis, una terciarización innecesaria y mucho más costosa para ANSES. Tanto Axis como su offshore no declarada, Noctua, compraron los bonos a 100 años que el propio Caputo emitió.
Caputo invirtió $ 8,5 millones en Lebacs. Al no renovarlas enero de 2018, salió justo a tiempo y ganó medio millón de pesos.
Como ministro de Finanzas contribuyó a endeudar al país en U$S 150.000 millones y como presidente del Banco Central quemó U$S 15.000 millones de reservas en tres meses y habilitó la segunda corrida cambiaria a mediados de 2018. Además, emitió bonos públicos con el Deutsche Bank como agente de colocación, lo que les reportó millones de dólares en comisiones.
Aunque poco se habla de él, el presidente de YPF también formó parte de este grupo de operadores de Wall Street. Miguel Ángel Gutiérrez trabajó en JP Morgan entre 1980 y 2001, la mayor parte del tiempo en las oficinas de Nueva York. Fue quien llevó a la práctica la maniobra contra la moneda brasileña que ideó Prat Gay. Fue uno de los responsables del megacanje que terminó en el desastre de Argentina en 2001, por lo que estuvo imputado en la causa judicial junto al eyectado titular del Banco Central Federico Sturzenegger. Pese a ser el responsable de una empresa con mayoría estatal, en la actualidad también se desempeña como socio en el Rohatyn Group, fundado por otro ex JP Morgan.
Como funcionario macrista estuvo investigado por presunta defraudación a la administración pública en la causa que se inició por la firma del memorando con Qatar, donde se intentaron vaciar U$S 300 millones del fondo de los jubilados para enviarlos a una offshore. Esto fue evitado gracias a la investigación de El Destape.