Las monedas de la región se devaluaron por encima del 20% en promedio en los últimos 15 meses y mantienen un ritmo sostenido de depreciación frente al dólar. Brasil encabeza esta tendencia con un 36% seguido por Argentina, con 35%, pero economías que suelen usarse como contraste empezaron a acercarse. Uruguay y Chile vivieron una depreciación del 20 y el 21 por ciento desde principios de 2014.
Sólo en los 20 días que van de marzo, el real brasileño se devaluó un 11% al pasar de 2,89 por dólar a 3,23 luego de que el viernes obtuviera una pequeña recuperación desde los 3,29 a los que había llegado el jueves. Si se toma todo 2014, la cifra en la principal economía de la región llega al 17%. En tanto, en dos y medio las monedas chilena y uruguaya se devaluaron 4%, y la argentina 3%.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Ramiro Castiñeira, economista de Econométrica, planteó que "el boom de los commodities colapsó en tres meses y el ciclo que tanto benefició en general a Latinoamérica llegó a su fin". Esta situación generó la caída de dólares comerciales y se combinó con la salida de dólares financieros, lo que a su vez profundiza el proceso recesivo y, junto a la suba de tasas en Estados Unidos, disminuye el atractivo de la región para hacer operaciones financieras y negocios.
"Se dieron vuelta los términos de intercambio y con la falta de dólares la región termina presionando el mercado de cambios. Brasil es un emblema de esto y condiciona al resto. Cuando se te debilita la economía se te tiene que debilitar la moneda, es parte de las reglas de la macroeconomía, parte del ajuste que hace el mercado", explicó el economista.
En este contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que todos los países emergentes se enfrentarán en el futuro próximo a la salida de capitales de inversionistas extranjeros. Mientras que entre 2009 y 2012 recibieron flujo de capitales de unos 4.5 billones de dólares, entre 2015 y 2014 esa cifra caería a un 1 billón por año.
El Instituto Internacional de Finanzas (IIF) informó que en diciembre pasado por primera vez desde junio de 2013 las principales economías emergentes tuvieron una salida neta de capitales, que ascendió a 11.500 millones de dólares en 31 días (U$S 7.800 millones en el mercado de deuda y U$S 3.700 millones en el de capitales). En 2013 la Reserva Federal de Estados Unidos anunció que iba a abandonar la política expansiva y los inversores reaccionaron retirando U$S 20 mil millones de los emergentes, situación que podría tener un espejo con la suba de tasas proyectada para este año.
"La confianza de los inversionistas sobre los mercados emergentes empeoró en las últimas semanas, en el contexto de la crisis cambiaria rusa y el notable declive de los precios del petróleo", afirmó el economista del IIF al presentar el informe. Visto por regiones, durante noviembre los mercados de América Latina resultaron los terceros más afectados por esta caída del flujo de inversiones extranjeras, detrás de los localizados en África, y Europa emergente, que fue la más golpeada.
El Banco Central de Brasil muestra en sus informes que la salida de dólares en una situación que la principal economía latinoamericana ya comenzó a vivir hace unos años, tal como pasa en Argentina. Durante 2013, el país gobernado por Dilma Rousseff vio la salida neta de 12.261 millones de dólares. En 2014 esa cifra fue de U$S 9.287 millones, pero el año tuvo el peor diciembre de salida bruta en 16 años, ya que en un sólo mes se fueron U$S 14 mil millones y no se veía algo igual desde los U$S 18 mil millones de finales de 1998.