La Unión Cívica Radical (UCR) cuestionó al expresidente de Bolivia, Evo Morales, por realizar declaraciones políticas en su calidad de refugiado y, en un comunicado, consideró que sus palabras "atentan contra la paz y la democracia del país vecino".
"¿Podemos seguir "refugiando" a Evo Morales?". Ese es el título que el partido opositor, integrante de Juntos por el Cambio, eligió para su carta abierta. Además, recordó que el líder del MAS está "amparado por el Poder Ejecutivo y, al parecer, con una sola condición: `No hacer declaraciones políticas´".
Los radicales advirtieron que "Morales hizo todo lo contrario" a lo estipulado ya que "visitó la quinta presidencial de Olivos, concedió todo tipo de reportajes a diferentes medios de comunicación y participó de actos políticos". Incluso, destacaron que el dirigente planteó "que hay que `organizar como en Venezuela, milicias armadas del pueblo´".
El texto lleva las firmas del presidente del Comité Nacional de la UCR, el mendocino Alfredo Cornejo y de la vicepresidenta, la bonaerense Alejandra Lordén.
Sin embargo, estos argumentos esgrimidos por la oposición no son del todo ciertos. Si bien es verdad que el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá, deslizó que al principio se le pidió al exmandatario boliviano que no haga declaraciones políticas, el propio jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, aclaró que tiene "libertad de expresión".
"El refugiado tiene los mismos derechos que un ciudadano argentino, con lo cual tiene libertad de expresión, de declarar, de pensar y decir lo que quiera. Nosotros no le vamos a restringir sus libertades", sostuvo Cafiero el 15 de diciembre en diálogo con La Nación.
Pese a ello, para los radicales las declaraciones de Evo "atentan contra la paz y la democracia del país vecino, que está en pleno proceso de normalización de sus instituciones. Las amenazas de su ex mandatario no ayudan en nada a los bolivianos".
El golpe de Estado en Bolivia se concretó el 10 de noviembre del año pasado, después de varios días de protestas contra Morales, a quien se acusó de fraude electoral en los comicios desarrollados en octubre, cuando consiguió ser reelecto.
La vicepresidenta de la cámara de senadores Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta del país el 12 de noviembre, aunque sin la aprobación de la Asamblea Legislativa. Ante esta situación y el peligro para su integridad física, así como la de su familia, Morales se asiló en México para, luego, ser refugiado en Argentina una vez que Alberto Fernández asumió la jefatura de Estado.