La Iglesia asegura que las grietas "se profundizan" y se preocupó por la mayor pobreza

25 de diciembre, 2016 | 15.50
Los obispos advirtieron en sus mensajes de Navidad que las grietas y divisiones se "profundizan" en la sociedad, por lo que hicieron un llamado al diálogo, la unidad y la reconciliación de los argentinos, además de reclamar "mayor sensibilidad" con pobres y excluidos.

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El mensaje fue trasmitido en la Conferencia Episcopal Argentina, que preside monseñor José María Arancedo. "Como pueblo necesitamos sentarnos a la mesa, disponernos para el diálogo responsable y permanente, y así fortalecer nuestra aún frágil convivencia ciudadana", aseveró en el mensaje que la mesa ejecutiva del Episcopado llevó el viernes al presidente Mauricio Macri.

El arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, destacó que la Navidad siempre llena de esperanza, pese a los momentos de dolor padecidos durante el año, e hizo un llamado a la reconciliación y a "apostar todos a una unidad cada día más profunda".

En tanto, una decena de obispos patagónicos coincidieron en afirmar que "el camino verdadero y lleno de esperanza para superar diferencias y conflictos no será nunca el de la violencia sino el del respeto, el diálogo y el encuentro fraterno".

El obispo de Quilmes, Carlos Tissera, expresó su preocupación por el crecimiento de la pobreza, el aumento de la cantidad de niños que "necesitan comer", el trabajo que está faltando y el "dinero que no alcanza", por lo que exhortó a unirse en el reclamo de las 3T que plantea el papa Francisco: techo, tierra y trabajo.

El arzobispo de San Juan, Alfonso Delgado, pidió a Dios como regalo "más políticos a quienes les duela la vida de los más pobres" y consideró "imperioso procurar que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos".

El obispo de Nueve de Julio, Ariel Torrado Mosconi, alertó que uno de los problemas argentinos son "las grietas que se profundizan", "las diferencias que se ahondan" y "la tentación permanente de la división y la falta de unidad".

"No es extraño que una misma palabra tenga significados y resonancias diversas en quienes la pronuncias. Y no hablemos de los gritos, insultos y otras lindezas que hacen que la vida ciudadana se parezca más a una batalla campal en medio de la oscuridad: todos contra todos", planteó el obispo de San Francisco, Sergio Buenanueva, apuntando a la falta de diálogo político para buscar consensos.

El arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, advirtió que si la Navidad no incide en la convivencia social, la política, la economía y la cultura, "no vale la pena" celebrarla, porque se está "perdiendo el tiempo".

Los obispos Vicente Bokalic (Santiago del Estero) y José Melitón Chávez (Añatuya) instaron a cuidar y proteger a los niños que padecen "marginación, desintegración familiar, condiciones de vida indignas" y aseguraron que también hoy, como en el nacimiento de Jesús, hay muchos pesebres "marcados por el olvido, pobreza y desidia humana".

El obispo de Mar del Plata, Antonio Marino, invitó a recibir la Navidad con fe y esperanza, además de exhortar a "mostrar mayor sensibilidad" con aquellos, que como Jesús en el pesebre de Belén, "viven en la pobreza y en la marginación".