La herencia y memoria de todos

18 de enero, 2020 | 21.34

Hasta la asunción de Alberto Fernández como Presidente no sabíamos cuáles eran las condiciones del estado en que el macrismo dejó el país, solo habían títulos y promesas, pero referido a datos exactos no se conocía en qué condiciones iba a empezar el nuevo gobierno.  Desde el 10 de diciembre y más precisamente durante estos últimos días vimos como, además de los fracasos en la economía o la imposibilidad de constituirse como hegemonía política, Cambiemos no cumplio ni siquiera su valor básico de transparencia y republicanismo.

El ejemplo más reciente son los pagos millonarios de AYSA al Club Boca Juniors, mientras en Jose C. Paz hay 0% de agua corriente. Así el Presidente que nos iba a traer el mejor equipo de los últimos 50 años, nos dejó un negocio de entradas para ver partidos de boca, mientras los más postergados no tenían acceso a un derecho universal como el agua. Y en cierto punto eso define un gobierno para los amigos, donde la prioridad son pocos y los negocios muchos, donde las cosas se definen con improvisación e irresponsabilidad, como hizo María Eugenia Vidal al endeudar la Provincia de Buenos Aires.

A pesar de todo y como decía Néstor: "Hay vida después del fondo". Por eso, hoy tenemos un gobierno que nos propone un horizonte prometedor, que está trabajando todos los días para revertir lo que nos dejó, con medidas directas. Los bonos para jubilados y beneficiarios de AUH, el congelamiento por 180 días de tarifas,la doble indemnización, el freno a la suba de combustible, la baja en el precio de medicamentos, el congelamiento de las cuotas para créditos UVA, entre tantas medidas ayudan directamente a los más perjudicados de este tiempo. Y esto sucede en gran parte por la ley de solidaridad y reactivación productiva, impulsada por el presidente y votada por el congreso.

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El año recién comienza y sabemos que falta, pero estas medidas terminan de exhibir al Gobierno que dejamos. Ellos pudieron haber cumplido muchas de sus promesas, pero no tuvieron la voluntad política y eso, que parece básico, hay que recordarlo. Solo la memoria de todos nos va evitar que volvamos a caer en una verdadera pesada herencia.