Después de la muerte de Franco Macri empezó la disputa sobre la repartición de sus bienes y fortuna. El empresario trabajó en su testamento y nombró como herederos, en partes iguales, a sus cinco hijos. Sin embargo, dejó afuera a una y ahora la familia del expresidente optó por incorporarla en este entramado distributivo.
En un documento escueto, Franco repartió sus bienes entre Mauricio, Gianfranco, Mariano, Florencia y los hijos de Sandra, ya fallecida. Ellos se dividirían el dinero y empresas en partes iguales, un 20% para cada uno. Fuera de la cuenta quedó Florencia, a quien la reconoció obligado por la Justicia en 2003, tras una prueba de ADN. La sucesión se tramita en el Juzgado Civil Nº 14.
Tras conversaciones y negociaciones, la familia Macri optó por incluirla en la repartición y trabajan en un acuerdo común, según informó La Nación en base a fuentes del entorno del expresidente.
Antes de este acuerdo, el 9 de abril se inició otro expediente, sin testamento, el cual pudo haber tenido su origen en la propia Alejandra para ser incorporada. En ese entonces, la familia Macri ya había dispuesto que le darían lo que le corresponde.
Sin embargo, se estima que será poco comparado con la gran fortuna que Franco supo manejar y que repartió entre sus hijos hace décadas. De hecho, el empresario cedió las acciones del Grupo Socma en septiembre de 1985 y de 1990.
En 2007 vendió IECSA a Ángelo Calcaterra, su sobrino y primo de Mauricio Macri, así como otras compañías que comenzó a abandonar para, en 2009, ceder todos los derechos accionarios a sus hijos. Por eso, la mayor parte de la fortuna ya fue repartida entre los cuatro Macri. Habrá que ver si Alejandra tiene la posibilidad de reclamar de forma retroactiva.
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