Este martes colapsó en Rusia el rubloy el presidente, Vladimir Putin, podría verse debilitado por la fuerte crisis cambiaria.
La subida durante la noche de la tasa de interés en 6,5 puntos porcentuales, hasta el 17 por ciento, no logró frenar el hundimiento de la divisa y ahora lo más probable es que el año que viene haya una recesión más profunda, ya que la alta tasa de interés complicará el crecimiento.
Por tanto, para las empresas implicará mayor incertidumbre y menor acceso a financiación. Para el banco central, una crisis de credibilidad.
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Sin embargo, no sólo trae consigo consecuencias económicas lo sucedido sino también políticas: Putin, ahora, aumenta el riesgo de perder dos de los principales pilares en que se basa su apoyo -estabilidad financiera y prosperidad-.
Según Spiro Sovereign Strategy, "Putin se subió a la ola de los precios del petróleo más altos en los años después de que llegó al poder, pero no hay duda de que la economía comenzará a impactar adversamente a la política. Están empezando a caer las piezas para afectar la sustentabilidad política de este régimen".
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