29 de diciembre, 2019 | 17.37

La apuesta de Alberto para bajar la inflación y reactivar el consumo

Quiénes ganan y quiénes pierden con el Plan de Alberto. 

Las medidas que tomó el gobierno podrían bajar la inflación del 50 por ciento de 2019 a menos del 30 por ciento en 2020 y convertir esta caída en el principal impulso de la esperada reactivación económica. 


Con una inflación que tienda a la baja y medidas de suba de ingresos directas e indirectas, la actividad puede comenzar a despegar en poco tiempo. El incentivo a viajar en el país impulsado por el dólar turismo puede apurar el proceso. 
Las principales razones que impulsaron la inflación en los últimos cuatro años fueron la disparada del dólar, los tarifazos, el retiro de la Secretaría de Comercio como ente de control y un sistema de indexación económica que terminó armando una peligrosa bola de nieve que apuntaba a la hiper. 
En cada uno de esos puntos el equipo económico está trabajando. También en materia fiscal y monetaria. Las medidas son las siguientes.


Dólar oficial por debajo de la inflación:
El equipo económico decidió mantener el dólar oficial por debajo de la inflación. Así dejará de ser la locomotora inflacionaria que fue desde 2015. El resto de los tipos de cambio que pululan han demostrado ser casi inocuos en la formación de precios en más de una oportunidad. En 2015, por ejemplo, cuando Alfonso Prat Gay eliminó el control de cambios y el dólar oficial se fue de 9,50 a 14.50, los precios se dispararon, demostrando que hasta ese momento se movían al ritmo del oficial. Y es lógico, ya que con él se realizan las importaciones, que forman precios, y las exportaciones, que marcan un piso a los precios locales.<

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE


Desindexar la economía:
La indexación es un sistema directo o indirecto de atar los precios a la inflación pasada. Así lo hizo Macri. Jubilaciones, Tarifas, transporte, salarios (en menor medida) y otros rubros. De esta manera armó una carrera de costos y precios que fue tomando cada vez mayor velocidad. La idea es frenar esa inercia inflacionaria comenzando un proceso de desindexación. 
Durante seis o doce meses los aumentos serán de sumas fijas. Luego se avanzará hacia sistemas de otras características. Por caso, las jubilaciones hasta 2017 estaban atadas a los salarios y los ingresos del sistema. Así los jubilados mejoraron sus ingresos y el sistema no era indexatorio. Las tarifas comenzarán a depender de dos datos fundamentales: la rentabilidad de las empresas y el poder de pago del cliente. 


Congelamiento de tarifas por 6 meses:
En los últimos cuatro años las tarifas de servicios públicos fueron la principal transferencia de la población a la elite. Con subas de entre el 3000 y el 4000 por ciento traccionaron al resto de los precios de la economía a la suba. A la vez pasaron de ser en promedio el 6% del gasto del hogar a el 20%. El congelamiento frena esa dinámica. Los aumentos que vengan a partir de junio serán menores y habrá un segmento de la población importante que tendrá tarifa social. Las tarifas dejarán de ser el combustible de la inflación. 


Secretaría de Comercio:
La mayoría de los países del mundo cuentan con entes que al menos monitorean los precios, fundamentalmente los que surgen de mercados concentrados. En los últimos cuatro años eso no ocurrió. La semana pasada, el ministro de la Producción, Matías Kulfas, y la secretaria de Comercio, Paula Español, se reunieron con distintos formadores de precios y les requirieron sus estructuras de costos: quieren saber cuánto ganan. El gobierno cuenta con una serie de incentivos y desincentivos para invitar a las empresas a manejarse con precios razonables. Desde la llegada de Alberto volvió a hacerlo. También en enero se suma una nueva lista de 562 productos de precios cuidados que se espera también ayuden a frenar la escalada inflacionaria. 

Superávit fiscal y baja emisión:
Las medidas tomadas por el Gobierno de suba de recaudación y de gastos sumarán aproximadamente una cifra que representa el 1,3 por ciento del PBI. Así se espera pasar de un déficit del 0,6% a un superávit del 0,7%. La decisión del ministro de Economía es utilizar la máquina de fabricar billetes lo menos posible. La situación fiscal y monetaria también abonarán la baja de la inflación.