Desde la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) intervenida tienen por objetivo que el organismo sirva para evitar ataques terroristas, informar al presidente Alberto Fernández sobre situaciones de riesgo y cuidar los recursos naturales. Y no para hacer espionaje interno cuando hay una marcha de docentes, algo que está prohibido. Esto último no es un dato menor: hay indicios de que desde la exSIDE se infiltró una marcha de maestros para sacarle fotos a los trabajadores.
De acuerdo a los planes de Cristina Caamaño, la interventora que Fernández designó para reestructurar la AFI y que estará en el cargo como mínimo 6 meses (son prorrogables), el organismo reducirá su estructura, que se amplió de forma descomunal durante el macrismo, y dejará de ser auxiliar de Justicia. Esto implica que no podrá ser la fuerza de apoyo de los jueces para los operativos. Así -se pretende- perderá su poder de influencia en Tribunales.
Los vínculos judiciales de la exSIDE con los jueces son conocidos por quienes transitan los pasillos de los tribunales federales, sobre todo, los de Comodoro Py. Y quedaron expuestos durante el macrismo cuando se multiplicaron las operaciones políticas, mediáticas y judiciales. El D'Alessiogate desnudó algunas de esas operatorias.
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Lo cierto es que durante la gestión PRO de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, la AFI amplió de forma exagerada su estructura. Llegó a tener cerca de 70 directores. De ese cifra, 42 dejaron su cargo antes del 10 de diciembre, atentos al recambio que se acercaba con la nueva administración. Cada dirección, a su vez, tenía sus distintos cargos, lo que da una dimensión de la magnitud de La Casa en tiempos macristas. Una de las más grandes era la de Jurídicos.
Según pudo saber este medio, la intención de la interventora es que haya no más de 20 directores. El primer paso en ese sentido fue volver al decreto 1311/2015, que fue con el que se creó la AFI y se disolvió la SIDE, durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.
En ese marco, muchos agentes volverán al ministerio de Seguridad y al de Defensa. Algunos de ellos llegaron a la exSIDE para “refugiarse”. Y, a la inversa, hubo espías de la AFI que se fueron en comisión a otros organismos y que deberán volver, explicaron desde La Casa a El Destape. Caamaño busca poner orden y revertir todos esos movimientos. En la actualidad, se contabilizaron 1405 agentes. El 60% ingresó durante el macrismo por lo que habrá un análisis fino de cada uno de esos nombramientos. Llegaron desde parientes de los exdirectores del organismo, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, a custodios de futbolistas, agentes exonerados de otras fuerzas y ejecutivos de empresas.
Hasta el momento la fiscal no aceptó ninguna de las renuncias que le fueron presentadas porque, según explicaron desde su staff, lo que se busca es analizar la gestión.
El foco en la actualidad está en el tema del personal pero también en el de blanqueo de los gastos reservados. Se busca rendir cuentas. Una de las novedades es la reimplementación de la publicidad de los gastos, es decir, el fin de los gastos reservados que había vuelto a establecer el macrismo.
¿Cómo se encontró la AFI? Funcionando en modo “automático”. Ahora se designaron nuevos directores y están todos trabajando, dijeron a este medio. Ya se elaboran informes para el Presidente. Por ejemplo, el asesinato del militar iraní Qasem Soleimani elevó las alertas en el mundo y en la Argentina es un tema que acapara la atención de las fuerzas de seguridad y del servicio de inteligencia.
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