Justicia por mano propia, otra vez la polémica

02 de marzo, 2015 | 19.50

Gastón Valentín Melcon tiene 32 años y es comerciante. Cuando escuchó el grito de un vecino, en General Rodríguez, salió a ayudarlo. Le habían robado el equipo de música del auto y el delincuente, que no estaba armado, corría para escapar del lugar.

El comerciante tomó una pistola 9 mm. de su propiedad y salió en persecución junto a otros dos vecinos, entre ellos la víctima del robo. Lo alcanzaron a dos cuadras y, según la investigación, Melcon le pegó tan fuerte con la culata del arma en la cabeza que le provocó una fractura que llevó a la muerte al presunto ladrón, identificado como Silvio Cáceres, de 30 años y domiciliado en el porteño barrio de Villa Crespo. Los investigadores aún no determinaron si pudo haber sufrido un infarto en la golpiza.

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El fiscal a cargo del caso, Pablo Vieiro, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 10 de Luján, señaló que de acuerdo a la evidencia reunida el comerciante Melcon (32) debía permanecer detenido acusado de "homicidio simple", ya que, a su criterio, el asaltante "ya estaba reducido" al momento en que comenzó a pegarle en la cabeza.

¿El vecino salió con la intención de matar al delincuente? ¿Es justo que permanezca preso? ¿Se transformó en un homicida por una reacción desmedida? ¿Actuó correctamente y la culpa fue del ladrón? Una vez más, se instaló la polémica por otro supuesto caso de "justicia por mano propia".