La irresponsabilidad de violar la cuarentena obligatoria le terminó jugando una mala pasada. Es más, terminó con su vida: en Ruanda, un hombre salió de su residencia para marcharse de pesca rumbo al río Nyabarongo. Allí fue cuando, en uno de los afluentes más importantes de la región, terminó siendo devorado por un cocodrilo.
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"Rompió la regla de quedarse en casa, es de las pocas personas aquí que no están cooperando con el bloqueo para detener el virus", sostuvo la alcaldesa del distrito de Kamonyi, Alice Kayitesi, en diálogo con la BBC.
Ante esta situación, el gobierno local del país africano aclaró: "Los movimientos innecesarios y las visitas fuera del hogar no están permitidos, excepto para servicios esenciales como la atención sanitaria, la compra de comida y la banca, y para el personal que ejecuta esos servicios".