Por Fernado Cibeira
Especial para El Destape
La muerte del fiscal Alberto Nisman provocó, entre otras muchas derivaciones cuyas consecuencias todavía resulta imposible calcular, que la campaña electoral se paralizara por un mes. Enero, con sus playas repletas de gente venidas de todos los puntos del país, es un mes propicio para instalar una candidatura. Ahora enero pasó y muchos se dan cuenta de que la cuenta regresiva está avanzada como para imaginar un repunte milagroso en las encuestas. Las dudas cruzan todos los partidos, incluyendo al oficialismo, que, por ejemplo, a dos meses de las PASO en dos distritos cruciales como ciudad de Buenos Aires y Santa Fe todavía no tiene resuelto quiénes serán sus candidatos.
Sergio Urribarri había imaginado que para fin de año el kirchnerismo debía resolver puertas adentro quién sería el representante que enfrentara a Daniel Scioli. Pero ocurrió que desde la Casa Rosada no hubo señales y tampoco ningún precandidato se sintió menos que los demás como para dar un paso al costado. Por estos días, con un escenario diferente enfrente –quiera o no, el caso Nisman golpea al oficialismo- la cosa comienza a acomodarse como las sandías en el camión. Por ejemplo, con el anuncio de Florencio Randazzo y Jorge Taiana de que harán algunas apariciones conjuntas. El ministro de Interior y Transporte es quien viene mejor posicionado en las encuestas para competir contra Scioli y está convencido –así lo transmite en la intimidad- de que será quien reciba la bendición de la Presidenta. Según repite, no se sabe si porque lo habló con ella, será entre fines de febrero y principios de marzo cuando Cristina Kirchner comience a moverse pensando en la interna. No obstante, en el Movimiento Evita aseguran que Taiana continúa firme como candidato a presidente y que el acuerdo no quiere decir que hayan consensuado una fórmula. Por otro lado, Taiana repite que "de ninguna manera" será el candidato del kirchnerismo en la ciudad de Buenos Aires.
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En el entorno de Julián Domínguez comentaban en los últimos días una encuesta que mostraba al presidente de la Cámara de Diputados bien posicionado en la primera y tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires. Hombre del interior bonaerense, a Domínguez siempre le resultó más complicado arar en el populoso Conurbano. Pero estos últimos números mostrarían que cuenta con posibilidades en la provincia, por lo que ya habilitó a algunos de sus hombres a decir que podría ser un buen candidato a gobernador.
Urribarri tuvo el privilegio de ser el único del pelotón en compartir el reciente viaje de la Presidenta a China. Por otro lado, el gobernador de Entre Ríos es quien cuenta con mayores recursos para mantener una campaña visible. Sin embargo, los otros precandidatos no le dan chances. "Pese a la publicidad y los actos y los viajes que aparece al lado de Cristina, en las encuestas ni figura. Tendría que ser uno de los que se baje o por ahí intentar acompañar alguna fórmula", aseguraba uno de sus colegas en la aspiración en suceder a la Presidenta.
Los mismos rumores indican que Agustín Rossihabría empezado a mirar con un ojo lo que sucede en Santa Fe. Es que los días pasan y María Eugenia Bielsa –la candidata que mejor mide y la preferida de CFK- sigue sin dar señales de si finalmente será candidata a gobernadora. Bielsa está peleada con la conducción del PJ y exige señales de renovación antes de decidir nada. El socialismo gobernante y el cómico macrista Miguel Del Sel ya lanzaron sus candidaturas, la disputa aparece muy complicada para el peronismo. Rossi podría ser el hombre para "aguantar los trapos" si el Gobierno se comprometiera a apoyarlo.
La ciudad de Buenos Aires está tan complicada e indefinida como Santa Fe, pero eso sólo daría para otra columna. Quien observa este panorama con alguna preocupación es Daniel Scioli. Es cierto que el gobernador bonaerense mostró menos caída de imagen en estas semanas que el Gobierno, pero también quedó magullado. La posibilidad de una muy mala performance del Frente para la Victoria en las primeras elecciones del año podría ser una complicación para el triunfo nacional que siente que tiene al alcance de la mano. Eso y la definición que pueda adoptar la Presidenta, algo para lo que cada vez falta menos.