El encuentro entre Francisco y el Presidente Mauricio Macri fue el más breve que el Sumo Pontífice tuvo con un jefe de Estado latinoamericano. Según consigna el periódico especializado Vatican Insider los 22 minutos del "cara a cara" entre el Papa y Macri fueron "evidentemente escasos, incluso en comparación con otros presidentes latinoamericanos: con (...) Peña Nieto se extendió por 25 minutos, pasó media hora con Ollanta Humala de Perú o Dilma Rousseff de Brasil; 45 minutos con el uruguayo José Mujica (...) y un tiempo similar con Michelle Bachelet de Chile". Y amplía: "Muchos más largos fueron los encuentros con la antecesora de Macri, Cristina Fernández de Kirchner. Con ella almorzó en dos ocasiones. La última reunión, en el aula Pablo VI, se extendió por espacio de una hora y 45 minutos".
En rigor, los almuerzos entre Francisco y la ex Presidenta fueron tres y todos en la residencia de Santa Marta: el primero ocurrió el 18 de marzo de 2013, un día antes de la entronización; el segundo fue el 17 de marzo de 2014 antes que Cristina Fernández viajara a Francia, invitada por el primer mandatario de ese país, Francois Hollande, para visitar la capital gala y concurrir al Salón del Libro de París, donde ese año la Argentina era la invitada especial. El tercer almuerzo –que se extendió más de tres horas- se desarrolló el 20 de septiembre del 2014 cuando la ex Presidenta acudió con dirigentes de la organización La Cámpora y Francisco llamó a la abuela del diputado Andrés "Cuervo" Larroque. Luego de esa misma reunión se difundió una foto en la que se ve a Bergoglio y al diputado Eduardo "Wado" de Pedro entre risas.
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Los otros encuentros entre Francisco y CFK –en total, siete- fueron en la cumbre mundial de los jóvenes en Río de Janeiro, cuando el Sumo Pontífice le regaló a la ex Presidenta un par de escarpines para su nieto Néstor Iván, en Paraguay y en Cuba -donde Cristina fue la única jefa de Estado invitada. El séptimo y último encuentro, de casi dos horas que menciona el Vatican Insider -con escritorio mediante- y fue record con un jefe de Estado, ocurrió el 7 de junio de 2015 antes de la 39 conferencia de la FAO. En esa misma sala –la Pablo VI-, Bergoglio había recibido la semana anterior al Presidente de Cuba, Raúl Castro, por el transcurso de 58 minutos en lo que fue la primera visita de un jefe de Estado cubano al Vaticano.
Si bien los medios cercanos al Presidente Macri han hecho encomiables esfuerzos por reinterpretar de manera positiva este encuentro, los periódicos especializados –como el antes mencionado- y la prensa internacional en general han destacado que el tête à tête entre el Presidente argentino y la máxima autoridad de la Iglesia católica fue "un encuentro de tono muy formal y frío", según consignó la agencia francesa AFP. Por su parte, el diario El País de España destacó que el Papa recibió a Macri "sólo 22 minutos y con gesto frío".
El papa expresó que estaba "muy preocupado por la situación social y el clima de revancha que se está generando en Argentina".
La jerarquización de los temas que se hablaron en la reunión fue otra de las diferencias que se pudieron apreciar. Mientras que la comitiva argentina destacó la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, el comunicado que emitió el Vaticano menciona en primer lugar "el respeto a los Derechos Humanos" y en ningún momento habla de corrupción. La confusión del Presidente y sus ministros la podemos asociar al trajinar de esos días y el jet lag del viaje, nunca a la mala intención. Luego del breve encuentro con Macri, Francisco recibió al obispo de Quilmes, Carlos Tissera, con quien estuvo 45 minutos. Lo sorprendente de la visita de Tissera es que la menciona en el mismo comunicado en el que notifica la reunión con el Presidente.
La árida relación entre Francisco y Macri tiene múltiples aristas –como el aval del Presidente para la vuelta del espía Antonio Horacio Stiuso-, pero sin dudas una de las más importantes es el diagnóstico que cada uno hace de la situación financiera internacional. El 23 de febrero, el Papa recibió al referente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas y de la dirección nacional de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Eduardo "Vasco" Murúa, y al titular del Movimiento Helder Cámara por la Paz entre las religiones y los pueblos, Guillermo Robledo. Allí, los representantes de estas organizaciones sociales manifestaron que, para ellos, si el Congreso deroga la llamada ley Cerrojo, se producirá una severa crisis política. "Se originará a partir de que toda la clase política sólo busca re endeudar externamente al país y esto sólo puede ser sostenido por la represión, la instalación del miedo de todo tipo y el silencio mediático, situación que deslegitimará a toda la clase política argentina".
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Ante este diagnóstico, Francisco respondió que estaba "muy preocupado por la situación social y el clima de revancha que se está generando en Argentina". Asimismo, derivó a estos movimientos sociales a trabajar con la comisión de Paz y Justicia del Episcopado y de la Compañía de Jesús que avanzaron con un documento muy duro en contra del sistema financiero internacional y los paraísos fiscales.
De manera sorpresiva, un sector del periodismo argentino eligió contar que uno de los puntos de choque fue la unión civil entre personas del mismo sexo que Macri cuando era jefe de Gobierno dejó que ocurriera en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Difícil de explicar los siete encuentros que mantuvo con la Presidenta que impulsó el matrimonio entre personas del mismo sexo.