En medio de una epidemia de gripe, la nieve cubrió con un manto blanco casi toda Francia mientras que la “fiebre amarilla” de los chalecos no decae. Al contrario, el acto XII del próximo sábado 2 de febrero se realizará bajo el lema : « La gran marcha de los heridos » en honor a los 90 personas heridas durante los actos y manifestaciones precedentes y en repudio a la escalada represiva. Los heridos encabezaran la marcha que estará protegida por un equipo de seguridad propio de los chalecos.
El sábado 26 de enero pasado, Jerôme Rodrigues (ver foto), un referente de los chalecos amarillos - conocido por su actitud no violenta y pacifista - fue herido gravemente por la policía. Según varios testigos y dos videos, se sabe que fue una bala de goma la que le pegó en un ojo mientras él mismo estaba grabando con su teléfono. Jerôme fue herido en la plaza de la Bastilla cuando se ocupaba de pedir a sus compañeros que abandonen el lugar y se dirijan a la Plaza de la República puesto que en ese momento la policía cargaba contra un grupo violento de los llamados “Black bloc” (Bloque negro).
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Los lanzadores de balas de defensa (LBD) son objeto de debates no solo en el espacio mediático sino también ante el Consejo de Estado. Mientras aumenta el número de víctimas de esta arma “subletal”, un grupo de policías denuncia a la LBD llamando a "evitar su uso". La CGT y la Liga de los Derechos del Hombre piden al Consejo de Estado la prohibición de este tipo de armas. Incluso algunos diputados como Jean-Luc Mélenchon exigen la renuncia del Ministro del interior.
De los 90 heridos, 40 lo fueron por una bala de LBD, 17 perdieron un ojo y una persona se encuentra en coma artificial desde el 12 de enero. Según las cifras del Ministerio del interior en dos meses hubo 9 228 tiros de LBD. La Inspección general de la Policia Nacional (IGPN) - responsable de garantizar que los agentes de policía cumplan con las leyes y con el código de ética – recibió 243 denuncias.
Mientras tanto el gobierno de Macron, que defiende la utilización de los LBD y apoya la actitud de la policía durante las manifestaciones, trata de imponer en la Cámara de diputados una nueva ley “anti-casseurs” (anti violentos) ya aprobada en octubre 2018 por el Senado francés. En una declaración conjunta, el 25 de enero, los sindicatos CGT, FSU, Solidaires, la Liga de Derechos Humanos y el Sindicato de la Magistratura consideraron que las libertades públicas están en peligro: "Marcar a los manifestantes, la prohibición individual de manifestar, la obligación de presentarse en la comisaría, expresan la intención de crear sospechosos y de imponer un control social con el riesgo de desvirtuar los procedimientos policiales e instalar la arbitrariedad".
El conjunto de la izquierda denunció esta "ley de circunstancia" contra los "chalecos amarillos", que atacan las libertades fundamentales de todo un pueblo e introduce en el código de derecho común una medida solo permitida durante la aplicación del “estado de emergencia”. También lo hicieron algunos diputados centristas y un grupo de 15 diputados oficialistas emitieron serias reservas sobre algunos puntos de la ley.
¿Qué tipo de democracia es esta donde la policía opta por la escalada, se mutila gente a sabiendas y se entrega a la agresión gratuita, con la bendición de un gobierno que vota la prohibición administrativa a manifestar ?
El “gran debate nacional” versus “el verdadero debate”
Obligado a lanzar el debate nacional el 15 de enero afín de frenar las movilizaciones de los “chalecos”, el presidente Macron apostó por retomar la iniciativa política. Se trata ademas de utilizar este debate para su propia comunicación en vistas de las elecciones europeas de mayo de este año. El debate debía estar organizado por la CNDP (Comisión Nacional para el Debate Público), un organismo independiente y neutral con un reglamento muy preciso: abierto a todos los ciudadanos, sin limitación de temas. Como Macron quiso imponer sus cuatro temas limitando el debate, la presidenta Chantal Jouanno renunció a organizarlo y la CNDP quedó afuera. Que hará Macron el 15 de marzo con las miles de contribuciones que recolectará en su plataforma cuando dé por finalizado su debate?
Los “chalecos amarillos” decidieron por su parte organizar un “verdadero debate” sin restricciones. Desde ayer miércoles 30 de enero, se puede participar en la plataforma creada especialmente. Paradojalmente, la empresa informática, “Cap collectif”, que proveyó al gobierno, facilitó a los chalecos gratuitamente, la misma plataforma informática. En las próximas semanas se conocerá la cantidad y la calidad de las contribuciones en ambas plataformas.
Por otro lado unas 100 reuniones sobre 600 previstas se desarrollaron durante los últimos quince días en diferentes ciudades y pueblos de Francia. La mayoría de los participantes - una media de 80 personas por reunión – se expresaron sin tapujos, algunos sobre temas que no estaban previstos. En varias reuniones se pudo verificar la presencia de algún chaleco amarillo aunque la mayoría de ellos decidió no participar.
El sábado 26 de enero, 75 delegaciones de chalecos amarillos surgidos de asambleas populares de todo el país se reunieron en la localidad de Commercy. Según el excelente reportaje publicado por Mediapart, los 300 chalecos debatieron todo el sábado intercambiando experiencias, expresando la necesidad de una mejor coordinación y organización pero rechazando unánimemente cualquier tipo de estructura burocrática, reivindicando la espontaneidad del movimiento.
Manifestaciones, debates, asambleas y listas electorales son el componente actual del movimiento lanzado fines de octubre del 2018. Algunas rotondas siguen activas aunque se han reducido notablemente. Los chalecos amarillos inventarán seguramente nuevas formas de intervención exigiendo mas justicia social, la vuelta del ISF (Impuesto de solidaridad sobre la fortuna), la utilización del RIC (referendo de iniciativa ciudadana) y la implantación de la democracia participativa. En todo caso el sábado próximo Macron no podrá impedir la manifestación en Paris y las marchas previstas en el resto del país en homenaje a todos los heridos.
Carlos Schmerkin, corresponal en París.