El estacionero precisó que la demanda de naftas cayó un 10 por ciento en lo que va de este mes respecto del mismo período del año pasado, mientras que las ventas de gasoil se desplomaron un 12 por ciento anual por la contracción económica que viene sufriendo la Argentina.
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"Ahora a fin de año la demanda va a aumentar porque la gente se va a trasladar, pero hasta ahora hubo una baja en las ventas. Es porque se incorporaron menos autos nuevos al mercado y hubo una contracción de la economía sobre todo en la provincia de Buenos Aires, que hubo inundaciones y se vendió menos gasoil", señaló.
"No me imagino un escenario local en el que bajen los precios. El producto aquí no fluctúa en relación a lo que ocurre del mundo porque acá vivimos un microclima", se quejó el empresario en declaraciones a radio La Red.
Malchiodi se refirió así a la información periodística sobre un presunto avance en negociaciones entre el Gobierno nacional, los gobernadores de las provincias productoras de hidrocarburos agrupados en la Ofephi y la estatal YPF para bajar el precio de la nafta.
Según los datos publicados por el diario El Cronista, la petrolera que preside Miguel Galuccio prefiere reducir la carga impositiva sobre los combustibles para no afectar inversiones, que hoy cuentan con un barril de crudo a 83 dólares mientras en el mundo se encuentra en torno a los 60.
Al opinar, Malchiodi consideró que "sin ninguna duda", el problema por el que no bajan los precios domésticos de los combustibles es "la carga impositiva" con la que el Estado recauda para llevar adelante sus políticas.
"Puede ser una intención de un funcionario pero no creo que el Gobierno esté dispuesto a resignar algún ingreso, por la situación (económica) de la Argentina", dijo el estacionero al ser consultado sobre la posibilidad de una quita de impuestos.
El empresario advirtió que si bien YPF es una empresa "testigo" respecto de los precios del mercado local, "no deja de ser una compañía y no sea cosa que la conviertan en Aerolíneas Argentina y sea otro agujero negro" para el Estado, porque "las decisiones gubernamentales en lo que respecta a las empresas son poco claras y bastante turbias".