Entre ayer y hoy, cuatro naciones europeas - Alemania, Austria, Eslovaquia y Hungría- se pusieron de acuerdo y endurecieron sus controles fronterizos para contener a las personas que buscan asilo en tierras europeas. La situación es peor si se tiene en cuenta que esta mañana fracasó una reunión de la Unión Europea para consensuar una posición común respecto al reparto de unos 160 mil refugiados.
Tras 15 días de recibir a miles de refugiados en Munich, el gobierno alemán dispuso ayer poner un freno a esa generosidad y reforzó los controles fronterizos movilizando a cientos de policías al límite sur con Austria "para restringir las entradas actuales y volver a los procedimientos normales".
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El primer ministro, Thomas de Maiziere, destacó que sólo podrán entrar al territorio desde Austria aquellos que tengan la documentación necesaria. En otras palabras, todos aquellos refugiados que fueron registrados en algún otro país de la Unión Europea (UE), como al desembarcar en Grecia o al pasar por Hungría o Austría, deberán volver a ese territorio, donde según el Acuerdo regional de Dublín deben pedir formalmente asilo político.
En consonancia, Austria anunció hoy que su país restaurará los controles fronterizos en "pocas horas" y con carácter temporal, para intentar contener la masiva llegada de refugiados.
"Vamos a proceder como Alemania. En el marco del código Schengen se permiten controles fronterizos temporales y esos son los que vamos a introducir, es decir, directamente en la frontera", indicó la ministra del Interior Johanna Mikl-Leitner y declinó revelar si los controles se llevarán a cabo en solo un punto o en más pasos con otros países fronterizos.
Sólo confirmó que éstos empezarán "directamente en la frontera con Hungría". Tampoco pudo concretar por cuánto tiempo se extenderán los controles temporales y señaló únicamente que se trata de hacer los controles "en los próximos días".
Siguiendo la iniciativa alemana, Eslovaquia comenzó hoy a reforzar la vigilancia de sus fronteras con Austria y Hungría.
"Se trata de medidas temporales", aseguró al respecto ante los medios Michaela Paulenova, vocera del Ministerio del Interior eslovaco, quien sin embargo no precisó cuánto tiempo estará en vigor la medida ni a qué pasos fronterizos será aplicables.
Los embajadores de los 28 países miembros de la Unión Europea (UE) no lograron hoy alcanzar una posición común sobre el reparto de 120.000 refugiados propuesto por la Comisión Europea (CE), por reticencias de algunos de sus miembros y porque Alemania consideró insuficiente el texto que se negociaba.
Deben decidir si dan su respaldo político al reparto de 120.000 refugiados llegados a Hungría, Grecia e Italia propuesto por la CE el pasado miércoles, y que se suma a los 40.000 demandantes de asilo que pidió reubicar en mayo.
En principio, los embajadores no pudieron pactar un texto porque, "aunque éste ya no molestaba a los más reticentes, ahora no parece suficiente para otros", indicaron fuentes diplomáticas, que aludieron esencialmente a Alemania, citó la agencia de noticias EFE.
Sobre la reubicación de 120.000 refugiados no se espera que los países acuerden el reparto por países hasta su reunión del próximo 8 de octubre, aunque tampoco se descarta que algunos ministros anticipen los compromisos que están dispuestos a asumir.
España adelantó que está dispuesta a acoger a las 14.931 personas que le corresponden de ese total, según el reparto de Bruselas, así como a otras 2.749 personas que ya dijo que recibiría en julio.
Desde hace meses, la ruta privilegiada de los refugiados que llegan escapando de guerras y conflictos violentos en Medio Oriente comienza por tierra hasta Turquía, de ahí continúa por agua por el mar Egeo y una vez en Grecia suben por el continente a través de los Balcanes, Hungria, Austría y, finalmente, Alemania o los países nórdicos.