Empleo registrado: una estructura cada vez más desigual

10 de febrero, 2018 | 19.09

El Ministerio de Trabajo dio a conocer su último informe con datos sobre el empleo registrado hasta noviembre pasado y ahí aparecen, de manera nítida, las transformaciones estructurales de la gestión Cambiemos.

Por primera vez, la cantidad de asalariados registrados superó la de 2015 aunque la masa salarial, es decir, la suma de todos los salarios, sigue por debajo de la previa a la asunción de Cambiemos debido a que el salario no se recuperó luego de la fuerte pérdida de 2016.

El aumento exponencial de lxs “trabajadorxs independientes” es uno de los datos más llamativos del informe presentado esta semana. Entre autónomxs, monotributistas y monotributistas sociales, suman casi un cuarto del total del empleo registrado, tal como los contabiliza el Ministerio a cargo de Jorge Triaca, a pesar de estar exentos de derechos básicos como vacaciones, aguinaldo, licencias por maternidad y paternidad.

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Con este cambio en la estructura del empleo, para 2018 serán 200.000 los puestos que se incorporan al trabajo sin posibilidad de acceder a ningún tipo de representación sindical y por lo tanto, que fijarán sus sueldos sin paritaria.

En los últimos dos años cayó un punto porcentual la participación del empleo registrado del sector privado en el total de trabajadorxsregistradxs(que antes representaban un 52%, ahora el 51%), la de trabajadorxs del sector público se mantuvo y crecieron un punto lxs “trabajadorxs independientes”(de 18.4% a 19.5%). Dentro de este segmento, el crecimiento más significativo fue el del monotributo social que aumentó en los últimos dos años un +23%. Se trata de la categoría más baja del impuesto, destinada a aquellxs que cobran asignaciones, pensiones, jubilaciones o a quienes integran una cooperativa de trabajo.

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Durante este mismo período, lxs asalariadxs registrados del sector privado crecieron menos de un 1%,el empleo doméstico (registrado) aumentó un 7.12% y lxs asalariadxs públicos casi un 3%. La rama de actividad que más creció en cantidad de trabajadores registrados fue Construcción, la que menos tasa de empleo femenino tiene (3%).

La división entre hombres y mujeres monotributistas y otra información por demás relevante para la formulación de políticas públicas no podemos conocerla por la falta de perspectiva de género en los datos que publica el Ministerio de Trabajo.

Sin embargo, según datos del INDEC del tercer trimestre 2017, podemos saber que el empleo no registrado afecta más a las mujeres, al igual que la tasa de desocupación, que alcanzó 9,5% en las mujeres, por encima del 7,3% de los hombres.

Las mujeres percibimos ingresos, en estos períodos, inferiores a los de los hombres en alrededor de un 25%. La diferencia entre las tasas de actividad por género, es decir, aquellos y aquellas que tienen trabajo o lo están buscando, presenta aún un 20% de diferencia: alrededor de 70% para los hombres y 50% para las mujeres.

Como forma de visibilizar esta situación, las mujeres participamos esta semana del debate de los datos de empleo publicados por la cartera que encabeza Jorge Triaca. Podés revisarlo en twitter con el hashtag: #EmpleoSIPA.

Quien sí publicó por primera vez un dato nuevo incorporando información desagregada por género fue el Banco Central, en un informe sobre la compra de moneda extranjera.

Durante 2017, el total de compras netas de billetes en moneda extranjera realizadas por hombres superaron en 59% al total neto concertado por mujeres. Esto se explica no sólo por una mayor cantidad de hombres operando, sino porque también los hombres que operaron, compraron, en promedio neto, más moneda extranjera que las mujeres.

A pesar de que las mujeres compramos menos billetes que los hombres, los superamos en el segmento de compra de entre 0 y 1500 dólares anuales (761 mil hombres y 767 mil mujeres). Se trata del segmento más ligado a la compra para cobertura y no con fines especulativos.

En un contexto de devaluación y alta volatilidad del peso, estos datos ponen en evidencia cómo la diferencia de ingresos que se origina en el mercado laboral, se propaga e intensifica por diversas vías, por ejemplo, a través de la política cambiaria.