Emmanuel Macron, Notre-Dame y los chalecos amarillos

23 de abril, 2019 | 07.48

Durante una semana, el presidente francés puso todo entre paréntesis para centrarse en el tema de Notre-Dame de Paris. Confinando la crisis social a "la política y sus tumultos" según sus palabras, confió en la emoción colectiva para tratar de recrear la alquimia alrededor de un "ideal que nos superaría a todos". Uno de los fieles del presidente comentó a un periodista de Le Parisien : “Es como si esta crisis nacional alrededor de una catedral fuera la oportunidad para comenzar de cero y frenar la crisis de los chalecos amarillos… ¿Se da cuenta ? Se estaba preparando para dar un discurso bastante mediocre, ¡y se encuentra construyendo la unidad nacional!"

La polémica desatada sobre el monto de las donaciones y su desfiscalización junto a los debates de cómo y en cuanto tiempo debería reconstruirse la catedral ocuparon gran parte del espacio mediático de esta semana. Los dos discursos del presidente del lunes por la noche y del martes por la mañana no dejaron lugar a dudas sobre su intención de utilizar el incendio de la catedral para recuperar políticamente el terreno perdido desde el 17 de noviembre 2018. Sin embargo, la publicación por varios medios de las medidas que Macron debía anunciar le quitaron el efecto sorpresa y sobre todo generaron decepción frente a las expectativas despertadas por el gobierno al final del “Gran debate”.

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Querer explotar la empatía popular con respecto a un monumento emblemático de la historia nacional y representativo de la evolución del conocimiento humano para pedir la unidad nacional no podia tener éxito porque la naturaleza misma del poder que Macron representa -el presidente de los ricos - es incompatible con la unidad de la nación.¿Cómo se puede hablar de solidaridad sin restaurar el ISF (impuesto de solidaridad sobre la fortuna), abolir las exoneraciones fiscales a las grandes empresas sin contrapartida o luchar realmente contra la evasión fiscal? ¿Cómo se puede hablar de solidaridad sin aumentar las pensiones e impulsar una dinámica de aumento de los salarios y el poder adquisitivo? ¿Cómo se puede hablar de solidaridad presionando constantemente sobre las necesarias medidas contra el calentamiento climatico o para salvaguardar nuestra biodiversidad? ¿Cómo se puede hablar de unidad al negarse en poner en práctica la democracia directa donde el discurso popular encontraría su verdadero lugar?

El intento de generar un “gran movimiento de unidad nacional” se desinfló rápidamente. Los referentes mas conocidos de los “chalecos amarillos” rechazaron las mini-medidas previstas en el no-discurso del presidente: reducción de impuestos para la clase media, la re-indexación de las pequeñas pensiones, referendos locales y la supresión de la ENA (Escuela Nacional de la Administración donde se forma la élite) sosteniendo que no respondían al conjunto de sus reivindicaciones. Miembros de la oposición, principalmente de la izquierda francesa tildaron esas medidas de insuficientes. El presidente Macron anunció que dará una conferencia de prensa el jueves 25 en el Eliseo, la primera desde que asumió en mayo del 2017, para explicar las medidas que aplicará a partir de las conclusiones del "Gran debate". Se sabrá entonces si serán las mismas que tenía previsto anunciar el lunes 15 o habrá algunas modificaciones debido al rechazo suscitado.

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La marcha XXIII de los "chalecos" "Los chalecos amarillos agradecen a todos los generosos multimillonarios donantes para salvar a Notre-Dame y proponen que ofrezcan lo mismo a los Miserables", publicó en su facebook Jerôme Rodrigues, - el referente de los “chalecos” que perdió un ojo - llamando a movilizarse este sábado 20 de abril donde mas de 100 000 chalecos se movilizaron en toda Francia (29 000 según la policía). Hubo mas de 20 500 controles previos y 227 detenciones. En París la policía contó 9 000 personas entre las dos manifestaciones que se desarrollaron bordeando el Sena y culminando en la Plaza de la República. El gobierno movilizó 60 000 policías y gendarmes previendo enfrentamientos violentos. Sin embargo las marchas, si bien fueron en su mayoría pacíficas y con menos desbordes de lo previsto, hubo gases, golpes y dos periodistas detenidos. Durante las marchas pudieron escucharse a los chalecos gritar REVOLUCION ! en repetidas oportunidades. Un cartel decía: "El capitalismo es el cancer del planeta, Macron es un tumor y los chalecos amarillos el remedio", "No escuchan a la gente, y de repente, sacan del bolsillo millones para las piedras", "La piedra tiene mas valor que el ser humano". También se escuchó a los chalecos dirigirse a los policias presentes: "¡No se suicide, únase a nosotros!" en referencia a los veintiocho suicidios de agentes de policía, que ha aumentado considerablemente desde principios de año.

Un registro ilegal de los heridos

En enero de este año, el sitio Mediapart informó que los servicios de salud habían activado el dispositivo SI-VIC, para los chalecos amarillos, inicialmente planeado para las situaciones de ataque terrorista, permitiendo un registro y seguimiento de los heridos. El Consejo Nacional de la Orden de Médicos a escrito quejandose por esta intromisión a la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) y al Ministerio de Salud; un chaleco amarillo ha presentado una demanda por registro ilegal. Un manifestante que perdió la mano delante de la Asamblea Nacional a principios de febrero también presentó una queja contra X por el mismo motivo. Su abogado, Arié Alimi, dijo que "además de ser odioso, esta inscripción es ilegal y discriminatoria".

En la radio France Info, el Dr. Gerald Kierzek, un médico de urgencias en el hospital Hôtel-Dieu, también dijo que había presenciado este registro. "Se nos pide que llamemos al administrador de las urgencias para señalar a los pacientes ingresados de las marchas de los chalecos amarillos, nos piden que delatemos a los manifestantes heridos ".

"Tendremos un 1° de mayo caliente. Todo el mundo está furioso. Y no solo los chalecos amarillos. Somos muchos los que estamos hartos ". Asi se expresaba también un manifestante de este último sábado.

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