Elogio de la conducción política

Las cinco claves de la estrategia de Cristina Kirchner, desde el 9 de diciembre de 2015 hasta el triunfo de Alberto Fernández.

28 de octubre, 2019 | 19.19

Tras la derrota electoral de 2015, una de las mayores críticas que se le hicieron a Cristina Kirchner, especialmente desde el campo propio, fue que “le faltaba conducción política”. Sin embargo, la victoria del domingo 27 expresa el último paso de una cuidadosa y exitosa estrategia que puede remontarse hasta el propio 9 de diciembre de 2015.

1. 9 de diciembre de 2015: la convocatoria a la resistencia ciudadana

En la recordada plaza con la que terminó su mandato, Cristina dejó trazado un rumbo para afrontar lo que se vendría: “Cuando cada uno de ustedes, cada uno de esos 42 millones de argentinos, sienta que aquellos en los que confió y depositó su voto lo traicionaron, tome su bandera y sepa que él es el dirigente de su destino y el constructor de su vida, que esto es lo más grande que le he dado al pueblo argentino, el empoderamiento popular, el empoderamiento ciudadano, el empoderamiento de las libertades, el empoderamiento de los derechos.”

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El mensaje es interesante porque eligió ubicar al pueblo como sujeto de la resistencia ante la ofensiva de las políticas neoliberales que se vendría. Visto desde hoy, se trató de un gran acierto, teniendo en cuenta que la posterior existencia de ese proceso multitudinario y heterogéneo de resistencia social al macrismo fue el ancla que impidió la tendencia de gran parte de la dirigencia política, gremial y social a adaptarse al nuevo contexto.

2. 13 de abril de 2016: la propuesta de un frente ciudadano

Frente a Comodoro Py, en una postal de la persecución política y judicial de los años del macrismo, Cristina apuntó a una definición estratégica que solo se haría realidad plenamente en 2019, pero que, en cierta forma, se puede pensar como la principal orientación política de estos años: “Les propongo, esencialmente, conformar un gran frente ciudadano. Un frente ciudadano, en el cual no se le pregunte a nadie a quién votó, ni de qué partido es, ni en qué sindicato está, o si es un trabajador formal o informal, jubilado o no jubilado, si paga ganancias o no paga ganancias. Se le pregunte: ¿cómo te está yendo? Ese es el punto de unidad de los argentinos. Reclamar por los derechos que les han arrebatado.” .

Fue una directiva fundamental, en un contexto de hostilidad, estigmatización y persecución, para recuperar la iniciativa política. Ese camino daría lugar a la formación, el año siguiente, de Unidad Ciudadana, no desprovista de críticas y debates.

¿Por qué no se logró un gran frente electoral opositor si Cristina hablaba de un frente ciudadano de unidad? ¿Por qué ella no aceptó en su momento ir a internas con Florencio Randazzo? Estas preguntas se discutieron acaloradamente entre la militancia. Visto desde hoy, es evidente que el problema no era de amplitud, sino de diferencias sobre el rumbo político general.

Cristina advertía que, para 2017, una parte muy importante del peronismo había acompañado las principales medidas de Macri y existía el riesgo de que esa orientación arrastrara a la gran mayoría de la oposición a una política de adaptación al neoliberalismo. Unidad Ciudadana debía ser, en ese marco, un punto firme de apoyo para pujar por una oposición antineoliberal.

Estas preguntas se discutieron acaloradamente entre la militancia. Visto desde hoy, es evidente que el problema no era de amplitud, sino de diferencias sobre el rumbo político general. Cristina advertía que, para 2017, una parte muy importante del peronismo había acompañado las principales medidas de Macri y existía el riesgo de que esa orientación arrastrara a la gran mayoría de la oposición a una política de adaptación al neoliberalismo. Unidad Ciudadana debía ser, en ese marco, un punto firme de apoyo para pujar por una oposición antineoliberal.

3. 22 de octubre de 2017: hoy, aquí, empieza todo

La noche del 22 de octubre, en el estadio de Arsenal, en la que se conocieron los resultados de las elecciones legislativas ganadas por Cambiemos, Cristina aprovechó para transmitir a millones de personas por la televisión el sentido de lo que se había logrado: “Unidad Ciudadana emerge como la oposición más firme a este gobierno, (...) la sociedad, los argentinos y argentinas, han elegido qué modelo de oposición quieren.”

A ese balance le sumó, rápidamente, una perspectiva: “Unidad Ciudadana será la base, no la totalidad, la base de la construcción de la alternativa a este gobierno.

Unidad Ciudadana sabe que el voto recibido es un voto fundacional, una semilla de esperanza política y la vamos a regar todos los días. Aquí no se acaba nada. Hoy, aquí, empieza todo.”

En contraste con estas evaluaciones y proyecciones, se escribieron ríos de tinta hablando del “techo electoral” que habría demostrado tener Cristina y del presunto fracaso de Unidad Ciudadana. La realidad demostraría lo corta de miras que eran esas presunciones.

4. 28 de diciembre de 2017: no voy a ser un obstáculo para la unidad

En diciembre del año 2017, el gobierno de Macri había interpretado que su triunfo electoral lo habilitaba a avanzar en la reforma tributaria, la reforma laboral y la reforma previsional. Sin embargo, a la hora de llevarlas a la práctica, chocaron con la voluntad del pueblo argentino. En ese contexto de enfrentamientos políticos y sociales en que, como más adelante se revelaría, se había gestado el reencuentro con Alberto Fernández, Cristina participó de un acto en Avellaneda donde hizo un anuncio que solo un año y medio después fue tomado seriamente.

“Como militante, como ex presidenta, como compañera de Néstor, voy a hacer todo lo que esté a mi alcance, todo lo que pueda para contribuir y lograr que el 10 de diciembre de 2019 otro argentino esté en la Casa Rosada para conducir los destinos del pueblo. (...) Tenemos que tener la suficiente amplitud y generosidad para no preocuparnos tanto por los nombres de quién, sino de qué es lo que se va a hacer.”

Era ni más ni menos que el inicio de la construcción de un gran frente político contra el neoliberalismo.

5. 18 de mayo de 2019: Alberto presidente

La mañana del 18 de mayo de 2019, el país se despertó con un video donde con el poder de doce minutos de su voz en off, Cristina había reordenado el mapa político argentino. Anunció la fórmula de lo que sería el Frente de Todos, con Alberto Fernández a la cabeza y ella en la vicepresidencia.

Durante todo 2018 y los primeros meses de ese año, Cristina había trabajado sin prisa pero sin pausa para construir todos los puentes posibles que permitieran generar una alternativa competitiva para las elecciones. Así, reconstruyó antiguas relaciones personales que habían sido dañadas con Hugo Moyano, con Felipe Solá, con Pino Solanas, con el Movimiento Evita y con el propio Alberto, entre otros; y también generó nuevos vínculos, entre los que se destaca su alianza con Juan Grabois. Sin embargo, como explica en el video, ella consideraba que era necesaria una amplitud todavía mayor.

“La situación del pueblo y del país es dramática. Esta fórmula que proponemos, estoy convencida que es la que mejor expresa lo que en este momento de la Argentina se necesita para convocar a los más amplios sectores sociales y políticos, y económicos también, no solo para ganar la elección, sino para gobernar.”

A las pocas semanas, este movimiento de Cristina había generado la implosión de la llamada “tercera vía”, y el agrupamiento de la gran mayoría del peronismo detrás de la fórmula del recién creado Frente de Todos. Con ese movimiento táctico, ya estaban construidas las condiciones para iniciar una campaña electoral que, como la propia Cristina sintetizó en el acto final de Mar del Plata este 24 de octubre, “no es solamente un cierre de campaña con candidatos que vienen a decir cualquiera cosa con tal de que los voten. Estamos cerrando un ciclo histórico que debe ser, definitivamente, que nunca más que la patria vuelva a caer en las manos del neoliberalismo”.

La tarea está cumplida. Ahora queda por delante el desafío de la construcción de un gobierno que se mantenga fiel al mandato popular de las urnas.