La euforia militante del bunker de campaña del Frente para la Victoria no se reflejaba esta tarde en los rostros de los funcionarios, confiados en ubicarse como segunda fuerza pero preocupados por la escasa diferencia entre Mariano Recalde y Martín Lousteau, primer candidato de ECO.
Entre el ruido de los bombos y el color de las banderas, los funcionarios ingresaban de a poco al NH Tango, previo paso por el peaje de los periodistas. Héctor Recalde, padre de Mariano, lo hizo minutos antes de las 20.
Florencio Randazzo fue el primero de los precandidatos presidenciales en llegar a la sede. "No vengo a apoyar a Recalde, vengo a apoyar a los siete candidatos del Frente para la Victoria", dijo el ministro del Interior y Transporte antes de entrar.
Daniel Scioli llegó pasadas las 20. Mientras su jefe de Gabinete, Alberto Pérez, hablaba ante la prensa, el gobernador bonaerense aprovechó para escabullirse por el ingreso lateral. Minutos después, salió a hablar con los medios y reiteró su ya público apoyo a Recalde: "Algunos lo subestimaban y Mariano ha hecho un trabajo muy positivo".
En las tribunas, el público aguardaba ansioso los números oficiales de una elección que, según aseguran los más cercanos colaboradores del presidente de Aerolíneas Argentinas, es mejor de la esperada. Sobre todo para el kirchnerismo, que recupera su lugar de segunda fuerza en la Ciudad que le había arrebatado el ya extinto UNEN en 2013.
De una de las escisiones de ese espacio salió la principal preocupación del kirchnerismo porteño. Es que Martín Lousteau, principal candidato de ECO, según los boca de urna internos estaba apenas a 2 décimas de Recalde. Ahí estará la gran batalla hasta la medianoche. El FPV quiere evitar las tapas de los diarios con el presidente de Aerolineas tercero.