Las elecciones en Uruguay aun no tienen ganador, luego de que la diferencia entre Luis Lacalle Pou, de una coalición de partidos de derecha, y el oficialista del Frente Amplio Daniel Martínez sea de solo 1,2 puntos, inferior a la cantidad de votos anulados y observados. Por ese motivo, la Corte Electoral indicó que no se anunciaría el ganador hasta que se complete el escrutinio definitivo.
Con casi 2,4 millones de votos emitidos, la diferencia entre el Frente Amplio y el candidato del Partido Nacional (pero apoyado por todos los partidos de derecha del país oriental) era de solo 28.666 sufragios. La cantidad de votos observados (35.229) y anulados (53.619) hace que aun no se pueda proclamar oficialmente a un ganador. La Corte Electoral afirmó que el resultado definitivo se conocerá este viernes.
En el escrutinio provisorio, Lacalle Pou sacó un 48,7%, contra un 47,5% de Martínez, en tanto que un 1,4% votó en blanco y un 1,3% fue observado. El nuevo presidente asumirá el próximo primero de marzo para un mandato de cinco años tras una elección en la que votó el 90% de los habilitados, una cifra récord.
El Frente Amplio gobierna Uruguay desde 2005, cuando asumió por primera vez Tabaré Vázquez. Luego, fue sucedido por José "Pepe" Mujica, quien finalmente fuera reemplazado nuevamente por Tabaré. Lacalle Pou, hijo de un ex presidente uruguayo y que busca la presidencia por segunda vez, logró reunir en una alianza a todo el arco opositor, incluidos el liberal Partido Colorado, el derechista Cabildo Abierto, liderado por el "Bolsonaro oriental" Guido Manini Ríos y el socialdemócrata Partido Independiente.
Lacalle Pou evitó proclamarse ganador tras conocerse los resultados y prometió, en caso de resultar vencedor, enviar al Parlamento una "ley de urgente consideración" con la que pretende adoptar medidas rápidas en 90 días, buscando declarar la "emergencia" de seguridad, eliminar los pagos obligatorios por vía de entidades financieras introducidos por el Frente Amplio, y liberar la importación de combustible en un país donde una empresa estatal tiene el monopolio y los precios del carburante están entre los más altos del mundo. También planteó asimismo un ordenamiento de las cuentas públicas para controlar el déficit fiscal mediante ahorros de hasta 900 millones de dólares en el Estado.