Juan Schiaretti fue una verdadera topadora electoral que barrió con intendencias y bancas legislativas opositoras. El 53,97% de los votos que consiguió para su reelección el gobernador cordobés, sumado a la división de Cambiemos en las dos boletas de Mario Negri y Ramón Javier Mestre, le posibilitaron quedarse con todo.
Y todo significa: las 26 bancas departamentales quedaron para Hacemos por Córdoba, la coalición schiarettista del PJ, el socialismo y el GEN; además de imponerse en la lista sábana de distrito único; lo que le valió quedarse con 52 de las 70 bancas de la Legislatura cordobesa; o sea, casi 75% de los legisladores.
Si en estos 20 años de gobiernos de Schiaretti y José de la Sota, la Legislatura cordobesa no fue un obstáculo para que salieran todas las leyes a pedido del PJ –con la anuencia radical y macrista-; desde el 10 de diciembre, el Gobierno tendrá las tres cuartas partes de las bancas, lo que convierte a la Legislatura en la Escribanía de la Casa de Gobierno.
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Hace cuatro años, Cuando Schiaretti le ganó al radical macrista Oscar Aguad por menos de 5%, consiguió colar 36 legisladores. En en transcurso de su segundo mandato, sumó otros cuatro escaños de legisladores opositores que se pasaron al oficialismo, entre ellos, Norma Bedano, la jefa del bloque kirchnerista y Ricardo Vizzani, jefe del Movimiento Evita en Córdoba.
El resultado de ayer, en cambio, fue distinto. La Boleta Unica de Sufragio (BUS) diseñada con la columna de Lista Completa con la cara de los candidatos a gobernador fue la locomotora que operó para que Schiaretti arrasara con legisladores e intendentes. En 2011 y 2015, la Lista Completa no tenía ninguna cara, sólo el logo partidario; y el rostro del candidato estaba en la columna de Gobernador. Así, muchos votos a Schiaretti quedaron sólo en la Gobernación, y el resto de las candidaturas quedaron en blanco; lo que posibilitó que en decenas de ciudades y pueblos ganara Schiaretti y los intendentes fueran de otros partidos.
Para enmendar ese error, los legisladores del PJ modificaron la Ley Electoral con el apoyo del bloque de legisladores de la UCR y se diseñó la nueva BUS que coloca la cara del candidato a gobernador en la Lista Completa, transformándose en una trampa electoral para la oposición.
En los distritos donde Cambiemos era fuerte, como la Capital, estaban aseguradas las bancas departamentales. Pero la división en Córdoba Cambia y la UCR; le dejó el camino allanado al PJ para triunfar en los 26 departamentos.
De esta manera, Negri logra un bloque de apenas ocho legisladores; y Mestre una bancada de seis.
La centroderecha y la izquierda también lograron meter cuatro representantes. El Encuentro Vecinal Córdoba (EVC) del legislador Aurelio García Elorrio sumó una nueva banca. García Elorrio, titular del Portal de Belén, una ONG que da asilo a mujeres embarazadas que no quieren abortar, tuvo una activa participación a favor del “pañuelo celeste” en el debate por el aborto legal. Conocido por sus posturas ligadas al clero, el líder del EVC también es un activo militante contra el narcotráfico y la corrupción.
En 2007 presentó a la Justicia un padrón de narcotraficantes cordobeses, entre grandes delincentes y dealers, señalando dónde se vendía droga y su relación con el poder político. La denuncia iba acompañada de unos 4.000 recursos de amparo de vecinos contra el Estado por la protección a bandas de narcotraficantes.
Cuando estalló el Lava Jato en Brasil, García Elorrio junto al entonces legislador juecista Juan Pablo Quinteros y a la progresista Liliana Montero viajaron a Brasil a presentar pruebas de las operaciones ilegales de Odebrecht en Córdoba. También denunciaron ante el fiscal Anticorrupción, Gustavo Hidalgo, a funcionarios provinciales de los gobiernos de Schiaretti y José de la Sota, pero la causa fue archivada. Incluso, Hidalgo fue ascendido a juez Anticorrupción por la Legislatura, con los votos de los bloques del PJ y la UCR.
Esa lucha contra el narco y la corrupción le llevó al EVC votos independientes de centro y hasta progresistas, los que se sumaron al voto duro católico; logrando sumar una nueva banca en la Legislatura: “Ya sabemos quién va a ganar, pero nosotros lo vamos a controlar”, fue el lema de García Elorrio.
El Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), en tanto, tuvo un fuerte retroceso en la Legislatura y sólo renovó una de sus tres bancas, que será ocupara por Soledad Díaz García del Partido Obrero. La política sectaria hacia otros sectores de la izquierda le restó votos. Ya en 2017, en las legislativas nacionales, el FIT había sufrido un retroceso y quedó detrás de fuerzas de centroderecha como el EVC y filo macristas como Primero la Gente.
En cambio, Luciana Echevarría del MST-Nueva Izquierda volvió a la Legislatura, donde había ocupado una banca en 2015, cuando había integrado el Frente Cívico de Luis Juez. Una campaña fresca, mostrando una izquierda renovada le dio sus frutos al MST-Nueva Izquierda y Luciana Echevarría volvió a ocupar un escaño. En la misma boleta iba la dirigente trans Pía Avila de ATTTA.
Por primera vez desde 2003, el kirchnerismo no tendrá legisladores, luego de que el diputado nacional Pablo Carro recibiera la orden de bajar todas las listas K y mandar a votar por el peronismo.
En el Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba, el nuevo intendente peronista Martín Llaryora también tendrá mayoría, pero no por porcentaje de votos, sino por una cláusula de gobernabilidad establecida por la Carta Orgánica que le da automáticamente al ganador 16 de los 31 escaños de concejales.
Córdoba Cambia de Juez y la Unión Cívica Radical de De Loredo tendrán seis concejales cada uno. Hasta ayer, Luis Juez y Rodrigo de Loredo, candidatos a intendente de Negri y Mestre respectivamente, habían asegurado que ocuparán sus escaños en el Concejo Deliberante. Un dato que no escapa es que, pese a que en política 2 + 2 no siempre es 4, sumados los votos de Juez y De Loredo superan por 5.975 votos al peronista Llaryora, por lo que si el jefe de los diputados macristas Nicolás Massot no hubiera operado para romper Cambiemos, la Municipalidad de Córdoba podría estar en manos de un aliado de la Casa Rosada.
El Encuentro Vecinal Córdoba (EVC) también logró una banca en el Concejo Deliberante capitalino para el extrapartidario Juan Pablo Quinteros. Cuando ardía la interna entre la Casa Rosada y Mestre, Quinteros, el legislador más activo del juecista Frente Cívico denunció que “la ruptura de Cambiemos beneficia directamente al gobierno de Juan Schiaretti, quién se va a quedar con la Provincia y la Capital” y el día de su cumpleaños renunció al Frente Cívico. Durante la sesión siguiente de la Legislatura, también renunció a su banca.
En 2010 Quinteros desde su vocalía en el Ente Regulador de Servicios Públicos (ERSeP) había denunciado que la construcción de la Central Pilar implicaba un contrato ruín para la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC). Así comenzó una serie de denuncias de corrupción contra la administración de Schiaretti y De la Sota.Todas las denuncias fueron archivadas por el Fuero Anticorrupción. En dos décadas de cogobierno delasotista-schiarettista, ningún funcionario cordobés fue juzgado por corrupción, ni siquiera los involucrados en los contratos con Odebrecht.
Esta militancia posicionó a Quinteros, quien logró con García Elorrio mostrarse como “los fiscales de los actos de Gobierno”. A diferencia del líder del EVC, Quinteros no es militante del “pañuelo celeste” y la campaña partidaria en la Legislatura y la Capital se basó en la lucha contra la corrupción. Casi 40 mil votos hicieron que Quinteros logre su banca en el nuevo Concejo Deliberante, donde compartirá banca con su ex socio político Juez.
El Frente de Izquierda (FIT) retrocedió en la Legislatura, pero logró su primera concejal trotskista en la historia del Concejo Deliberante capitalino. La legisladora Laura Vilches, una docente de literatura, militante del gremio UEPC y de los colectivos Ni Una Menos y de la campaña por la Legalización del Aborto llegó al Concejo Deliberante, y al igual que en la Legislatura defenderá fuertemente una agenda de género y de reivindicaciones de los trabajadores.
Olga Riutort, la peronista que más conoce la ciudad de Córdoba, ex secretaria general de la Gobernación durante el primer mandato de su ex esposo José de la Sota también volvió a ocupar una banca de concejal.
Censurada en el PJ, primero por De la Sota y después por Schiaretti, hace años que Riutort juega por fuera de la estructura oficial. Esta vez, llegó a la banca de concejal con un acuerdo nacional con Libres del Sur del cordobés Humberto Tumini, en el marco de Alternativa Federal. La ex diputada nacional y ex funcionaria provincial se presentó como opositora, pero seguramente acompañará la gestión de Llaryora.
Al igual que en la Legislatura, en el Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba, el kirchnerismo tampoco tendrá representantes por primera vez desde 2003.
Los conocedores del bipartidismo cordobés auguran que “con el peronismo gobernando la Provincia y la Capital; y con el Gobierno nacional en crisis, por lo menos habrá ocho años más de peronismo” gobernando los destinos de la que hace sólo tres años se había convertido en la provincia más macrista de Argentina.