En su saludo a los militantes del 24A desde el balcón de la Casa Rosada, el presidente Mauricio Macri lanzó una catarata de gestos y uno destacó por su connotación.
Si remontar los 15 puntos de desventaja que tiene con respecto a Alberto Fernández parecía una tarea difícil, el jefe de Estado lo dejó aún más claro al hacer ademanes de rezo y encomendarse a Dios.
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De cara a los manifestantes que se encontraban en Plaza de Mayo, el Presidente gritó desaforado: “¡Dame fuerzas, Dios. Dame fuerzas. Gracias Dios!”.