Elecciones 2019: datos estratégicos sobre Vaca Muerta , la "pesada herencia" del kirchnerismo

08 de marzo, 2019 | 14.10

Luego de tres años de políticas neoliberales, como tarifazos, dolarización de la energía y flexibilización laboral de los trabajadores petroleros, y con la "pesada herencia" de la renacionalización de YPF, Cambiemos llevó a Neuquén, la primera provincia productora de gas y emblema de Vaca Muerta, al borde del abismo. Se avanzó raudamente por un proceso de desnacionalización y privatización alarmante, sostenido por subsidios paradójicamente insostenibles en el marco de un proceso recesivo, y sin el más mínimo control sobre las abusivas ganancias de las productoras.

En abril de 2012 el gobierno de Cristina Kirchner renacionalizó YPF y el yacimiento pe Vaca Muerta, un yacimiento de hidrocarburos no convencionales, se elevó como política de Estado, siendo a partir de entonces considerada un activo estratégico para el desarrollo socioeconómico nacional.

Las inversiones

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La petrolera de bandera ganó su primera concesión en Vaca Muerta -Loma Campana (Neuquén)-, en 2013. Para 2015, y a pesar del desplome del precio internacional del crudo, se habían comprometiendo inversiones por 5.000 millones de dólares y más de 110.000 millones para la etapa de desarrollo. Y todo esto, con retenciones a las exportaciones, cada vez mayor cantidad de trabajadores empleados (a su vez, con mayores derechos laborales), sin tarifazo ni apertura indiscriminada de las exportaciones a Chile. Esos 5.000 millones fueron los que Macri vendió como propios en enero de 2017.

El desarrollo masivo de La Amarga Chica fue comunicado por Macri en lenguaje "derrame", y consecuencia de su gestión. Nada más falso. Las inversiones aludidas son producto de la "pesada herencia", específicamente, las segundas desde el acuerdo con Chevron (2013) y las más importantes en materia petrolera desde la asunción de Cambiemos en diciembre de 2015.

A fines de 2018, según datos publicados por el Ministerio de Energía del Neuquén y relevados por el diario La Mañana de Neuquén en materia de inversiones entre 2013 y 2018 confirman que lo recibido en 2015 aún no fue superado.

La producción

El macrismo no salvó a Vaca Muerta, sino que se apropió de una política de Estado heredada que desde 2012 la puso en valor y en sintonía con un proyecto político de justicia social, industrialización, autosuficiencia y modernización económica.

La provincia del Neuquén es la primera productora de gas del país. Contiene, asimismo, la inmensa mayoría de la formación geológica no convencional de hidrocarburos conocida con el nombre de Vaca Muerta.

YPF, a partir de 2012, fue punta de lanza de la recuperación de la producción neuquina y, por ende, de la producción nacional. En 2014 y 2015 se expandió a una tasa del 18,5% promedio. Específicamente en Vaca Muerta (Loma Campana, El Orejano, Rincón del Mangrullo, Bajada de Añelo, La Amarga Chica y Bandurria), YPF expandió entre 2012 y 2015 su producción de petróleo en un 5.704% y de gas en un 33.264%. Según el informe YPF - Balance de Gestión 2012-2015, la producción operada por la estatal en Neuquén alcanzó una tasa de aumento anual acumulativa del 8% entre 2011 y 2015.

El empleo y la industria

Pero el boom no fue solo "petrolero". El impacto de la renacionalización de YPF, así como del nuevo marco regulatorio amparado bajo la Ley de Soberanía Hidrocarburífera, disparó la creación y radicación de empresas proveedoras de bienes y servicios, de las cuales y según se indica en el muy interesante trabajo "Hidrocarburos no convencionales y fracking: Estado, empresas y tensiones territoriales en la Patagonia argentina" (2017), más del 90% eran PyMEs de capital nacional. Para 2016, había 500 de estas empresas operando en Neuquén, ya sea de forma independiente o como subcontratistas.

La estafa energética del régimen neolibera

Pero con Macri, Vaca Muerta (en realidad, la producción nacional) pasó a estar atada con alambres. La producción de gas del Neuquén terminó este año creciendo a una tasa del 10,2%, según se deriva de los datos publicados por la Secretaría de Energía. Ahora bien, si descontamos los aportes de las concesiones que ingresaron a la Resolución 46, ¿qué resultado obtenemos? Una caída del 5%. Es más, descontando solamente concesión Fortín de Piedra (Techint), la producción hubiera caído 1,1% en 2018. Por cierto, subsidios que el FMI -verdadero dueño de la política energética nacional- no quiere sostener.

En cuanto a YPF en la provincia en 2018, se desplomó 5,3%, la peor caída desde 2012. Entre 2015 y 2018, la participación de YPF (incluyendo YSUR) retrocedió del 49% al 48%, mientras que Tecpetrol creció del 1% al 12% y Pampa Energía del 1% al 7%.

Cuando se analiza el gas nuevo (incremental) entre 2017 y 2018, se observa que Tecpetrol explicó el 113%, PAE el 10% y las multinacionales ExxonMobil y Shell un 3%. La otra empresa que figuró con volúmenes positivos fue Geopark (fondos de inversión estadounidenses y británico), con un 2%. En otras palabras, la privatización/desnacionalización de la producción gasífera (léase, el desplazamiento de YPF) de Vaca Muerta resulta más que ostensible.

Ese gas incremental, originado exclusivamente gracias a los subsidios de la Resolución 46 y que en realidad son sobreprecios (se paga a 7,5 y 7 US$/MMBTU lo que a 3,5 US$/MMBTU es ingente negocio para las empresas), es precisamente el volumen que permite la exportación a Chile, Uruguay y Brasil. Es decir, se exportan subsidios.

Y no sólo se exportan subsidios, sino que también se exporta el gas que el pueblo argentino deja de consumir. Particularmente a nivel Neuquén, es el gas que la Planta de Agua Pesada de Arroyito dejó de consumir. En efecto, el supermercado del mundo abandonó la usina. Evidentemente, los gerentes macristas no ven beneficio alguno en colocar el fundamental insumo fronteras adentro. La paralización primero y el abandono después de la PIAP derivados del congelamiento del Plan Nuclear y la cancelación de Atucha III (cuarta central) han liberado 700.000 m3 diarios requeridos para alcanzar el objetivo de las 1.000 toneladas de producción previstas tanto por el gobierno anterior como por la gestión Macri en sus inicios. ¿Dónde está yendo ahora ese gas?

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Vaca Muerta heredada estaba más que viva

Repasemos los hallazgos del estudio de 2014 citado en cuanto a la dinámica poblacional derivada de la explotación hidrocarburífera no convencional en Vaca Muerta (restringida a Neuquén): De acuerdo a las condiciones imperantes en la Argentina y el mundo del mismo año, las inversiones realizadas y comprometidas en la zona, el Escenario Medio del estudio en cuestión indicaba que la población total de Neuquén habría de pasar de 480.000 habitantes en 2014 a 1.030.000 en 2024 (+550.000 nuevos habitantes).

Como se aprecia, una duplicación en apenas una década. Preguntamos: ¿Por qué en 2014 el Ministerio de Planificación proyectaba semejante nivel de desarrollo en empleo y población para Vaca Muerta? ¿No era que Vaca Muerta estaba muerta?

Fue gracias a la renacionalización de YPF que esta región pudo comenzar a desarrollar todo su potencial, atraer empresas e inversiones, multiplicando exponencialmente la producción de gas como de petróleo. Este boom de las inversiones y los compromisos en el corto y mediano plazo, con una YPF genuinamente en poder del Estado y la ciudadanía encabezando la transformación, fue el contexto que determinó las proyecciones de un trabajo de 2014 elaborado por el ministerio más odiado del kirchnerismo (Ministerio de Planificación Federal)

La demanda de gas y petróleo, en una Argentina con un mercado interno en permanente expansión, servicios públicos en calidad de derecho humano (accesibles y asequibles), así lo requerían.

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