El voto electrónico suma dudas en la Ciudad

28 de febrero, 2015 | 15.00

Por Mariano Parada Lopez
Redacción El Destape
@mparadalopez

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Cuando Mauricio Macri reglamentó a fines de 2014 el régimen electoral para la ciudad de Buenos Aires, trajo dos novedades de importancia: las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias y el empleo de la Boleta Única Electrónica. El sistema, uno de los propuestos para evitar el fraude y el clientelismo, ahora teclea por el escaso tiempo para acostumbrar a los votantes a una nueva modalidad. Además, los críticos aseguran que no evita el fraude y hace más vulnerable al votante. Los defensores hablan de "intencionalidad política" y que se busca la transparencia.

Esta semana, el defensor del pueblo de la ciudad de Buenos Aires, Alejandro Amor, presentó un documento en la Legislatura porteña pidiendo que se posponga la implementación del voto electrónico. Entre sus argumentos, destaca que, por el breve lapso desde que se reglamentó, hace poco más de cuatro meses, no se pudo capacitar a votantes y fiscales de mesa y pide que el órgano legislativo porteño analice la suspensión del mismo.

Amor pidió prestar mayor atención en aquellas personas mayores de 50 años y en aquellos "con menor nivel de instrucción formal". Caso contrario, advierte que la BUE (como se conoce a este sistema, según sus iniciales) podría no recibir la confianza de los electores. También exigió que se realicen pruebas piloto para que los porteños vayan asimilando el nuevo modo de votación.

"Frente a la imposibilidad práctica de aplicación inmediata de la normativa vigente" Amor recomienda a la Legislatura, en el cierre de su documento, "la potencial aplicación del Código Electoral Nacional actual".

"No hay condiciones para el voto electrónico"

Beatriz Busaniche es integrante de la Fundación Vía Libre y muy crítica de la aplicación del voto electrónico en general. El mayor problema que señala es la facilidad para violar el secreto del voto y recuerda que fue desestimado en países como Alemania y Holanda, que habían decidido implementarlo en un primer momento.

"Es mentira que la Boleta Única Electrónica sea un avance. No hay condiciones tecnológicas" para eso, afirma a El Destape. Busaniche apoya el pedido del defensor del Pueblo de que se posponga el voto electrónico, pero sus cuestionamientos están más allá de una cuestión de capacitación.

"Los sistemas informáticos emiten una frecuencia radioeléctrica. La propia boleta tiene una radiofrecuencia que puede ser medida a distancia", explicó a este medio. Y cita una experiencia en Brasil, otro de los países donde, junto a Venezuela y Estados Unidos, se usa el voto electrónico en el continente: "Se hizo un 'concurso de hackers', en el que no pudieron corromper el voto, pero sí la violación del secreto", uno de los pilares del sufragio en la Argentina.

El voto electrónico fue declarado inconstitucional en Alemania y posteriormente fue descartado en Holanda, recordó la especialista.

Otro aspecto que destaca la experta es que la empresa que fue adjudicada directamente para brindar el software y las urnas, MSA (iniciales de Magic Software Argentina), "tiene el monopolio sobre este sistema hasta el 2024". MSA es la misma compañía que brinda el servicio a la provincia de Salta.

explicación voto electrónico Salta

Además, Busaniche acusa al voto electrónico de volver más accesible el fraude. "En el sistema tradicional, para robar una elección tenés que manipular muchas mesas. El fraude se hace costoso y evidente". De la otra forma, "tenés que negociar con el programador para que programe una cierta cantidad de votos para tal candidato ante tantos de otro. El daño es mayor, más económico y más difícil de probar".

"Críticas con intereses"

El primer tema que tratará la Legislatura porteña al inicio de las sesiones ordinarias será esta cuestión. Hoy por hoy, se debatirá posponer la BUE hasta la primera vuelta electoral, el próximo 5 de julio, así habrá cinco meses para hacer toda la capacitación y concientización que el defensor del Pueblo exigió. Aunque no está descartado que el voto electrónico directamente se aplace hasta nuevo aviso.

"Tenemos la expectativa de que se trate solo de una suspensión (de la BUE)", afirmó a El Destape el presidente del cuerpo legislativo, Oscar Moscariello. El legislador del PRO defendió este sistema, aprobado en la ley 4894 de la ciudad, a fines de 2013, pero reglamentado con decretos 441 y 513 de fines de 2014. "El sistema garantiza la transparencia y erradica vicios" resaltó a este medio.

En relación a las críticas recibidas, dijo que las mismas "son interesadas" porque "ningún sistema es inocente". Y agregó que la idea es revalorizar los partidos políticos: "No hay sistema sin partidos. Hay que erradicar que los partidos sean solo herramientas electorales". Esto apunta a que el software exige primero señalar a qué partido piensa votar, para luego elegir a los candidatos.

Desde la oposición calificaron de "inaplicable" la reforma. Dante Gullo, del PJ porteño, acusa al gobierno de la Ciudad de usar esto "para la campaña" y remarcó que "no hay tiempo para llegar" a las PASO del 26 de abril con el sistema. Aunque tampoco lo "desestima" por completo.

Cómo es el voto electrónico

El sistema contará con biombos en los que estarán ubicadas las máquinas, en cuyas pantallas los votantes podrán realizar las combinaciones posibles para la votación a jefe de Gobierno, legisladores locales y comuneros.

Al arribar al lugar de votación con su documento, las autoridades de mesa le entregarán al ciudadano una boleta en blanco que contiene un chip.

Esa boleta es ingresada en la máquina y, a partir de allí, el votante ya está en condiciones de elegir su opción electoral: selecciona el partido y, en el caso de las primarias, la lista que es de su preferencia en cada uno de los cargos a votarse.

Una vez concluido el acto, la máquina imprime sobre el revés de la boleta en blanco lo que el elector haya decidido, así como también registra la misma información en el chip. Para control del sufragante, el votante puede colocar el chip cerca de un lector y corroborar en la pantalla que lo que haya sido impreso sea lo mismo que figure en el pequeño dispositivo electrónico.

Al salir del cuarto oscuro, el ciudadano entrega la boleta doblada por la línea punteada a las autoridades de mesa, quienes chequean que haya sido el mismo elemento que le fue dado al arribar al lugar de votación.

Tras ello, el votante se queda con el comprobante de que concurrió a sufragar y deposita en la urna su boleta, tal cual lo venía realizando anteriormente con el sobre. Concluido y cerrado el acto electoral, las autoridades de mesa abren las urnas y, tras configurar las máquinas en el modo recuento, pasan uno a uno los chips sobre el lector.