El plazo de la cuarentena llega a su fin aunque todos sospechamos que será ampliado, aún sin saber por cuanto tiempo. Sin solución de continuidad pasamos de la rutina diaria con problemas que parecían gravísimos a formar parte del elenco de una serie de Netflix, de esas con futuros distópicos, ciudades vacías y actores intensos.
Aunque debemos reconocer que los efectos de la cuarentena han sido más severos en algunos sectores, tal vez más lábiles. Alfredo Casero junto a otros terraplanistas políticos reclama que aparezca Cristina, la misma Cristina que hace apenas unos meses exigía que desapareciera. Pasamos así del Tirano Prófugo a la Tirana Ausente.
Nuestros falsos liberales, siempre proclives a desfinanciar al Estado, hoy exigen que ese mismo Estado traiga a todos los argentinos que ya en plena pandemia decidieron viajar al exterior y que hoy es imperioso repatriar, por fuera del mercado y más allá de los costos y la coyuntura.
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Vemos también a ex funcionarios de Cambiemos reclamar que haya más reactivos en el Malbrán, el mismo instituto que desfinanciaron con pasión, a la vez que consideran que deberíamos contar con más hospitales, como aquellos que decidieron no finalizar. Al parecer, como habían sido inaugurados sin estar terminados, lo razonable fue no terminarlos. En todo caso, agradecemos al Gauchito Gil que se dediquen a opinar sobre la salud pública desde los programas de panelistas en lugar de desguazarla desde el gobierno.
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De la misma forma, en apenas unas semanas volvieron las indignaciones nimias. Algún adjetivo rudo enunciado por Alberto Fernández preocupó a nuestros periodistas serios como no les había preocupado el balazo por la espalda como política de Seguridad en los tiempos de la ex ministra Pum Pum. Otros periodistas, igual de serios, denuncian peligros inminentes como los falsos médicos cubanos que vendrían a espiarnos, tal vez a través de la SUBE, o a inculcarnos el marxismo apátrida con respiradores chavistas. ¿El equipo médico cubano que el domingo pasado llegó a Italia para ayudar a la lucha contra el coronavirus también estará conformado por espías? Por ahora la Embajada de EEUU no nos ha informado al respecto.
La creación de un ingreso familiar de emergencia para los trabajadores informales y monotributistas de $10.000 generó críticas desde varios sectores políticos. La izquierda Boutique consideró que el monto asignado era muy bajo y exigió $30.000. Lo notable es que considerara hace apenas unos meses que votar a Macri, que redujo salarios y jubilaciones, o a Alberto Fernández, que propone un ingreso adicional para sortear la crisis, era igual de malo. Al parecer, otorgar $0 o $10.000 es lo mismo ya que no son $30.000.
Por su lado, algunos economistas serios se preguntaron como se pagaría esa suma colosal. Lo extraño es que nunca se preguntaron, por ejemplo, cómo el Estado pagaría a los Fondos Buitre o como podría devolver el préstamo del FMI pero aplaudieron hacerlo.
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Por último, el notable cortesano Carlos Rosenkrantz, que Mauricio Macri trató de colocar en la Corte Suprema por la ventana, decidió que esa Corte no se va a ocupar del pedido de excarcelación de Amado Boudou, que en condiciones de pandemia cumple una sentencia de prisión sin sentencia firme, lo que contradice la propia jurisprudencia del tribunal.
Aunque teniendo en cuenta que el ex Vicepresidente es un kirchnerista confeso, ¿cómo podría invocar la presunción de inocencia? Seamos serios.
Imagen: Un falso médico cubano posa junto al dispositivo para espiarnos a través de la SUBE (cortesía Fundación LED para el tratamiento de la Fundación LED)