Se fue de Córdoba en busca de una vida mejor y terminó asesinada: el misterio de un pequeño pueblo de Ecuador

El homicidio de Gabriela Pedraza conmueve a un pequeño pueblo frente al océano Pacífico. El caso recuerda al doble femicidio de las mendocinas en Montañita. 

15 de marzo, 2020 | 00.05

En junio del año pasado, convencida por un grupo de amigos de La Cumbre con los que compartía su pasión por la filosofía holística, Gabriela Andrea Pedraza (50), había decidido cumplir uno de sus sueños: irse a vivir a Ecuador, a un pueblito costero, donde disfrutaba del mar, uno de sus grandes amores.

En Córdoba habían quedado sus cinco hijos, ya grandes. Dos nietos a los que iba a conocer en junio, cuando regresara al país. Y un pasado de violencia de género. Instalada en un pequeño departamento del barrio de Miraflores, en la localidad turística de Ballenita -provincia de Santa Elena- a 546 kilómetros al sudeste de Quito y a 132 al oeste de Guayaquil; Gabriela Pedraza se dedicaba a la venta de casas prefabricadas y a los masajes holísticos. Además vendía churros con miel, artesanías y chucherías en la playa.

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El pasado martes 3 de marzo, uno de sus amigos había ido hasta el departamento de Gabriela a llevarle un bidón de agua. En la puerta había un hombre esperando a la mujer para que le diera una sesión de masajes. El amigo de Gabriela regresó más tarde, el hombre ya no estaba y la casa estaba cerrada. Ese es uno de los dos sospechosos que hay en la mira de la Dirección de Investigaciones de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased) por el asesinato de Gabriela, cuyo cuerpo apareció una semana después, la noche del martes 10, en la cámara séptica de su departamento.

El coronel Galo Pérez Dávila, comandante de la Zona 5 de la Policía de Ecuador, fue el encargado de confirmar el hallazgo del cadáver de la mujer cordobesa en su propio departamento: “La autopsia determinará las causas del deceso de la víctima, que había sido lanzada a la cisterna, la cual después fue sellada con cemento. Al momento investigadores de la @PoliciaEcuador recopilan evidencias sobre esta muerte violenta, con apoyo de la fiscal Irene Cuenca”, señaló el jefe policial en su cuenta de Twitter.

En el lugar se encontraron mínimas muestras de sangre y otras huellas. La autopsia reveló que Gabriela fue asesinada de un golpe en la cabeza“Aparentemente la autopsia indicaría que fue con un objeto contundente, que recibió un golpe a la altura del cráneo”, señaló Andrés Valdivierzo, titular de la Dinased de Santa Elena. El investigador agregó que “la ciudadana de nacionalidad argentina había ingresado a nuestro país el 18 de junio de 2019, y el miércoles tenía una cita en el Ministerio de Relaciones Exteriores a la que faltó”.

El miércoles a la tarde el fiscal de Santa Elena, Paúl Ponce, agregó en una conferencia con los medios de la región: “El médico legista me ha indicado de manera verbal que se han encontrado fracturas múltiples en el cráneo, evidencias de que ha sido arrastrada y otros golpes que constan en el informe médico legal”.

El martes 3 de marzo Gabriela Pedraza debía viajar a la provincia del Guayas para extender la visa de permanencia en Ecuador, nunca llegó. Ese día, también, fue la última vez que se contactó con sus familiares que quedaron en Argentina: “Mi mamá era una persona muy sociable. Todo el mundo la conocía. La querían mucho porque era muy alegre. No advertíamos nada de esto. Nos tomó por sorpresa esta tragedia. Tenemos muchas sospechas, pero nada concreto. No estaba de novia. Nunca nos dijo nada. Era muy comunicativa, siempre nos decía dónde iba”, señaló David Ludueña, uno de los cinco hijos de la víctima que ya está en Ecuador junto a su hermano Isaac, y un tío, cumpliendo los trámites para repatriar a su madre.

La pequeña vivienda donde vivió la víctima se la habían prestado unos amigos italianos. El o los asesinos de Gabriela, la sepultaron en la cámara séptica dentro de la casa: “El cadáver se ubicó en un pozo séptico que se hallaba con cemento. Se realizaron hisopados, se encontraron máculas presuntamente de sangre”, destacó Andrés Valdivierzo de la Dinased. 

El jefe policial señaló que no hay detenidos, aunque sí hay sospechosos: “Estamos tomando versiones y haciendo todas las investigaciones que amerita el caso. Hasta el momento no se puede descartar que le hayan robado, la investigación dará a conocer si existió robo”, apuntó a los medios locales. 

Mientras que la gobernadora de Santa Elena, Datzania Villao Burgos, se mostró consternada: “Rechazamos cualquier tipo de violencia y estamos comprometidos con la seguridad. Seguimos trabajando por la seguridad ciudadana, y vamos a estar atentos hasta dar con los culpables”.

Tras el crimen, Antonella Secaira, amiga de Gabriela, impulsó una colecta para reunir fondos para el traslado de la víctima a Córdoba. Los hijos de Gabriela también habían comenzado a reunir fondos para el viaje: “Agradecemos la colecta que han hecho en Ecuador, nos enteramos por redes sociales, pues seguro servirá para que mis familiares se movilicen allá”, dijo desde Córdoba una de las hijas de la víctima. Desde el Gobierno de Córdoba señalaron a El Destape que el ministro de Desarrollo Social, Carlos Massei, dispuso una partida para comprar los pasajes y otorgarle un subsidio a los familiares de la víctima para cubrir su estadía en el país andino. Ante el riesgo de que Ecuador cierre sus fronteras por el Coronavirus, los tres familiares llegaron a Guayaquil el jueves pasado a la tarde y de allí se dirigieron a la ciudad de Santa Elena –queda en la provincia homónima, muy cerca de Ballenita- para seguir de cerca la investigación y repatriar el cuerpo de Gabriela.

Ese mismo jueves, amigas de la víctima realizaron una marcha contra la violencia machista en Santa Elena y reclamaron Justicia: “Que esto no quede como un caso archivado sin que se encuentre a los culpables”, reclamó Romina Carballo, una argentina que vive en Ecuador y era amiga de Gabriela. “La familia necesita una respuesta sobre lo que pasó con Gabriela”, dijo.

Algunas militantes de organizaciones de derechos de las mujeres señalaron a El Destape que “la Dinased, la unidad policial encargada de investigar el caso de Gabriela, no sabe cómo actuar, es inoperante, deficiente. Recién comenzó a investigar su desaparición el 8 de marzo y no manejan una hipótesis clara del caso. Lo admitieron públicamente”. Y advirtieron que “en enero pasado, en la misma zona donde fue encontrado el cuerpo de Gabriela, hubo una violación grupal. No son casos aislados”. Y señalaron que la zona “es muy peligrosa”.

Una de las hermanas de Gabriela, María Eugenia Vergara, que vive en La Rioja, confirmó que la mujer asesinada se dedicaba a las terapias holísticas y que antes de ir a vivir a Ecuador, e había mudado a la localidad serrana de La Cumbre, donde se había contactado con amigos que la habían iniciado en las terapias holísticas: “Ella era muy espiritual y muy emprendedora. Antes de viajar a Ecuador se había ido a vivir a La Cumbre, ahí hacía masajes holísticos, acupuntura y peluquería. Estaba muy feliz en Ecuador porque amaba el mar, era su sueño”, le dijo a La Voz del Interior. Y agregó: “Mi hermana era una mujer llena de luz y muy valiente. Le tocó criar sola a sus cinco hijos, se había separado porque sufría violencia. Siempre trabajó mucho para sus hijos”.

También pidió: “Mi único interés es que sepan que Gabriela era una excelente persona, una excelente madre y muy amada por todos”. 

El antecedente de Montañita

El asesinato de Gabriela Vergara recuerda el crimen de Marina Menegazzo (22) y María José Coni ( 21) las dos turistas mendocinas que fueron asesinadas en febrero de 2016 en el pueblo turístico de Montañita, en la península de Santa Elena, a sólo 55 kilómetros al norte de Ballenita.

Por el doble crimen de Marina y María José hubo dos juicios: el primero en agosto de 2016, cuando el Tribunal Penal de la Corte Provincial de Santa Elena condenó a Alberto Segundo Mina Ponce (36) y Aurelio Eduardo “El Rojo” Rodríguez (42) a la pena de 40 años de prisión; y el segundo fue en septiembre del 2017, cuando fue condenado José Luis Pérez Castro (34) a la misma pena.

Los familiares de las víctimas insistieron siempre que en los asesinatos participaron más personas.

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