Luego de 12 días de la última visita, la misión del FMI volvió a Buenos Aires para renegociar el mayor préstamo en su historia. En paralelo, el Gobierno empezó a juntar fondos para pagar el próximo bono emitido por Luis Caputo, luego de la desventura con el AF20, que finalmente se lo incluyó en la bolsa de los títulos dolarizados a reestructurar.
El jefe de la delegación en el país, Luis Cubeddu, y la subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack, se quedarán en Argentina hasta el fin de semana. En su última estadía, el diálogo generó sustanciales avances, como los tres años de gracia antes de empezar a devolver los U$S 44.000 millones, como había revelado El Destape. Los enviados del Fondo continuarán con el acuerdo del resto de los puntos a tratar.
Ni Cubeddu ni Kozack analizarán aún las cuentas públicas, ya que la revisión del artículo IV debe ser primero autorizado por el directorio del FMI una vez terminadas las misiones, confirmó este medio.
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En el medio de las conversaciones, el ministro de Economía, Martín Guzmán, intenta recabar fondos para afrontar el segundo bono licitado por Cambiemos en 2018, en medio de la corrida cambiaria que se coronó con el pedido de auxilio al organismo multilateral de crédito. Caputo, como entonces ministro de Finanzas, endeudó al Estado en $ 30.000 millones, hasta el 6 de marzo de 2020.
El 13 de febrero vencía el AF20, otro de los títulos del “Messi de las finanzas”. El Ejecutivo ofreció cuatro opciones de canje contra este activo “dual”, pero consiguió la adhesión de sólo el 10% en la primera licitación y debió declarar “desierta” a la segunda, que planteaban quitas de entre el 7% y el 35%. Tras esto, Guzmán reperfiló a este instrumento y lo incluyó dentro de los papeles a reestructurar, puesto que fue tratado como bono en dólares por los propios fondos de inversión, que acaparan el 80% de la serie.
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Luego de esto, las nuevas colocaciones de títulos del Tesoro solo lograron captar $ 12.000 millones en el mercado interno en las tres licitaciones de ese mes, una caída significativa respecto a los $ 72.000 millones que se habían emitido entre diciembre y enero, sin contar los casi $ 100.000 millones del canje de LECAP por LEBAD, de acuerdo a los cálculos de la consultora PxQ.
Las dificultades en el acceso a la plaza financiera en pesos llevaron a que el Tesoro tenga que recurrir al financiamiento del BCRA, algo que no había ocurrido en enero. En el último mes, evitar emitir $ 105.000 millones que correspondían al pago del AF20, el Central le giró al Tesoro $ 107.000 millones de adelantos transitorios hasta el 21 de febrero.
Para evitar un déjà vu con el vencimiento más abultado del mes, el Bogato (A2M2) por $ 73.000 millones el 6 de marzo, Guzmán configuró un cronograma de emisiones de títulos en moneda local que “rodea” a ese día: hoy, el mismo viernes y el próximo lunes. Para la licitación de la fecha, el Ejecutivo ofrece tres títulos públicos: Lebad con vencimiento en agosto, Bonte a tasa fija a noviembre y Boncer a agosto de 2021.
“Lo que suceda con este título será clave para determinar si el reperfilamiento del AF20 fue un caso aislado o, por el contrario, la norma a partir de este momento”, sentenció Emmanuel Álvarez Agis, director de la consultora. Si el resultado es negativo, Guzmán podría tener que volver a recurrir al BCRA, lo cual le puede poner límites a la baja de la tasa de interés. Si, en cambio, el Tesoro lo supera exitosamente, el próximo vencimiento individual de una relevancia similar será recién en junio. Allí lo acompañará un contexto completamente diferente para la deuda externa, dado que el ministro prevé tener resuelta su renegociación para ese momento.