Las calificadoras Moody's y Standard & Poors vuelven a estar bajo la lupa internacional por el avance de las investigaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos. Así, la actividad de las entidades financieras no se desprende de lo que ocurrió justo antes de la crisis de 2008, cuando sus calificaciones no se correspondieron con la realidad y propiciaron los problemas hipotecarios.
El gobierno estadounidense acusa a Moody's de inflar la calidad de los activos hipotecarios que derivaron en el cataclismo económico más grande desde las Gran Depresión de principios del siglo XX. Esta investigación llega justo antes de la concreción de una multa récord que (superaría los 1.300 millones de dólares) a la agencia Standard & Poor's por prácticas similares.
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El Gobierno estadounidense presentó en 2013 una demanda civil contra S&P por haber engañado conscientemente a los inversores sobre la calidad crediticia de los activos hipotecarios en los años previos al estallido de la burbuja financiera.
En los últimos meses el Departamento de Justicia tuvo múltiples reuniones con antiguos empleados de Moody's para investigar cómo se hacían las calificaciones de esos activos hipotecarios antes de la crisis, según fuentes cercanas a la investigación citadas por el diario The Wall Street Journal, según la agencia EFE.
El caso está todavía en las primeras fases de la investigación y aún no está claro que vaya a desembocar en una demanda, según el mismo periódico, que añade en todo caso que la actuación de Moody's está en el punto de mira de las autoridades desde 2010.