El 16 de septiembre de 1955, la sublevación autodenominada “Revolución Libertadora” terminó con el gobierno constitucional del general Juan Domingo Perón, quien tuvo que exiliarse. El golpe de Estado cívico y militar fue apoyado por espacios políticos y por empresarios.
Tras este episodio, el 13 de noviembre de 1955 asumió el gobierno el general Pedro Eugenio Aramburu, quien endureció las medidas contra el peronismo. Durante su gobierno se intervino la CGT, se persiguió a los peronistas, y hasta se prohibió todo tipo de mención de términos o frases vinculadas al peronismo.
El portal El Historiador, recordó en esta fecha, una carta que Perón le envió a Aramburu quien lo tildó de cobarde por exigliarse: “Perón huyó tan pronto como se lo permitieron sus piernas. Es un cobarde; esa es la razón de que haya huido y que haya caído tan pronto”.
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“Si tiene dudas sobre mi valor personal, que no consiste como usted supone en hacer que se maten los demás, el País tiene muchas fronteras; lo esperaré en cualquiera de ellas para que me demuestre que usted es más valiente que yo. Lleve sus armas, porque el valor a que me refiero, sólo se demuestra frente a otro hombre y no utilizando las armas de la Patria para hacer asesinar a sus hermanos”, dice la carta que el general le envió al dictador.
Y le advirtió: “Y sepa para siempre que el valor se demuestra personalmente y que, por ser una virtud, no puede delegarse. Hágalo, sólo así me podría probar que no es la gallina que siempre conocí”.
“Si usted no lo hace y el pueblo no lo cuelga, como merece y espero, por salvaje, por bruto y por ignorante, algún día nos encontraremos. Allí, le haré tragar su lengua de irresponsable”, sentencia al final.