El ministerio de Economía, que en los últimos días tuvo cruces con el Citibank, planteó que el acuerdo que la entidad firmó con los holdouts sucedió sólo a partir de una extorsión que no le dejó otro camino al banco. "¿De qué otra manera podría entenderse que un banco con 100 años de negocios en Argentina, decida abandonar una rama de su actividad comercial que le resulta rentable y beneficiosa? Esa es la manera en que "negocian" los buitres, amenazando y obligando a terceras partes inocentes a abandonar actividades que le son rentables", sostuvo una alta fuente de la cartera económica en diálogo con El Destape.
Luego de leer lo que fue el comunicado del American Task Force Argentina (ATFA), en el que se acusó al país de "atacar al Citibank", y la autodefensa del banco ante declaraciones del ministro Axel Kicillof, el gobierno volvió a apuntar todo el peso de su discurso a los holdouts. "Lejos de amedrentar al banco sólo exigimos el cumplimiento del marco regulatorio argentino. Los fondos buitre tratan de proyectar su propio accionar en las acciones de la República, cuando son estos fondos los que no solo amedrentan, sino que amenazan y extorsionan, a entidades financieras, bonistas del canje y estados soberanos", plantearon desde el equipo de Kicillof.
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Los lobbystas de los holdouts plantearon ayer que "cuando el Citi dijo que cumpliría con la orden del Tribunal estadounidense, Kicillof comenzó una extensa campaña de intimidación", lo que llevó al banco a correrse del negocio para evitar futuros hostigamientos. "Reiteramos que la única exigencia que se le realizó al citibank, como a cualquier entidad nacional o extranjera que opera en Argentina, fue que cumpla con la ley del país. No existió intimidación alguna más allá de la que provino de los propios fondos buitre, que obligaron al banco a abandonar su negocio y a desistir de las apelaciones que el banco estaba dispuesto a hacer y abandonó por la amenaza de los buitres", sostuvo la fuente a la que consultó este medio.