Las urgencias en torno a la renegociación de la deuda externa no sólo es cuestión de Nación, sino que la provincia de Buenos Aires tendrá desafíos muy complejos a partir del 11 de diciembre, luego de que Axel Kicillof asuma la gobernación. Sólo en enero vencen compromisos por más de U$S 700 millones.
El balance de la gobernación de María Eugenia Vidal generó que en 2020, la provincia deberá pagar US$ 2.705 millones, de los cuales US$ 725 millones vencen en enero. La encerrona financiera se muestra como un ancla importante para la gestión que se aproxima.
Según un documento de la consultora Elypsis, el distrito más importante debería sostener un superávit primario de 4,7% de su PBI desde 2020 para cumplir con lo ya pactado, algo “casi imposible”.
Por eso, el informe resaltó que “la renegociación es casi inevitable, y deberá como mínimo, extender el plazo para los vencimientos de capital y compatibilizar la capacidad de pago con el cronograma de pagos”.
Con una deuda que alcanzó los U$S 11.907 millones al segundo trimestre de este año, Buenos Aires es la provincia más endeudada del país. Su deuda equivale al 84% de sus ingresos anuales, cuando en el promedio de las provincias es 52%. El 77% está en moneda extranjera y en lo que resta de 2019 tiene que pagar US$ 329 millones.
En ese sentido, la consultora explicó cómo debería entablar la provincia un proceso de reestructuración.
Para equilibrar su ratio de deuda sobre ingresos, Buenos Aires requeriría sostener un superávit primario de al menos 4,7% de sus ingresos, año a año, desde 2020. Si sostuviese ese resultado primario, la deuda rondaría el 59% de sus ingresos a partir de 2024.
“Pero lograr ese resultado sería inédito, porque esas cifras no han sido alcanzadas en años recientes. Los últimos fueron del 3,7% en 2014 y 3,3% en 2018; y antes de eso, del 2% en 2013 y 1% en 2005”, destacó la consultora.
Se suma a esta situación que la percepción de tributos por parte de la PBA sigue cayendo en términos reales: acumuló 20 meses en baja hasta octubre de 2019.
Ante este contexto, el documento aclaró: “la solución no puede ser un reperfilamiento como el que decidió unilateralmente el Estado nacional en agosto, dado que la gran mayoría de la deuda de la PBA es con acreedores privados bajo ley extranjera y por tanto requiere un acuerdo voluntario. La Provincia no puede pagar la deuda y deberá renegociarla”.